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Noticias de Chicos Eléctricos

Bio

Chicos Eléctricos fue una banda de rock uruguayo de los años 90. Si bien siempre permaneció en el under, para muchos fue uno de los grupos más osados y originales en su propuesta y a partir de su disolución en 1999 goza del status de banda de culto.

Chicos Eléctricos nació con ese nombre para participar en un concurso de bandas, en el que no podían aparecer con su verdadero nombre Tony Montana y los Narcotraficantes luego se consolidó como grupo y marcó un quiebre en lo musical entre las bandas de rock de los años 90 en Uruguay, con un estilo provocativo, discordante, distorsionado e irrespetuoso, que permitía identificarse a grupos de jóvenes que no encontraban su entorno musical en las bandas post-dictadura del rock charrúa. Por quienes los oyeron, su música no pasó inadvertida, no le fue indiferente a nadie, generando amores y odios.

En 1991 se realiza el concurso de Yamaha Bandplugged 91 donde aparece por primera vez el nombre de Chicos Eléctricos, presentándose al mismo con la canción “Oh Banana”, aunque en ese momento no existía la banda como tal; a partir del anuncio de que habían sido clasificados entre las mejores bandas del concurso es que se reúne al equipo (Nico Barcia, Sebastian Bergeret, German Mazzei, Gabriel Barbieri, Federico Fernandez).

Un par de meses después se presentan en el desaparecido boliche de pocitos La Iguana los Desfuzzados (Sebastián Bergeret, Daniel Turcatti, Gabriel Barbieri y Federico Fernández) en un show que fue único, esa misma noche entre el público se encontraba Andy Adler recién llegado de USA y Nico Barcia, ex compañero de fechorías en distintas bandas y en ese momento cantante de La Bomba Rock n Roll. A partir de la buena recepción del público se le plantea a Turcatti continuar con Desfuzzados pero Daniel prefiere dedicarse a su banda Neanderthal, y es ahí que son reclutados Nico y Andy para cerrar las filas de lo que sería la primera formación de Chicos Eléctricos. Un año de mucha actividad presentándose en escenarios de los garitos más infames de Montevideo (Ruta Libre – Vicios Pub ) como en sofisticadas fiestas (Joy Eslava).

A fines de 1991, Sebastián Bergeret decide radicarse en Alemania y la banda ante lo cual graban en vivo en La Canastita en un porta-estudio de 4 canales, el material de su primer cassette en sólo 10 horas. En 1992 es editado "Chicos Eléctricos" su primer trabajo, por Perro Andaluz logrando una rápida aceptación y la tirada de 500 cassettes se agota en los meses siguientes.

Ya sin Sebas en la banda, Nico pasa a tocar la guitarra además de cantar, y ese mismo año abre el boliche Juntacadáveres, que sería el “hogar” de los Eléctricos por los próximos dos años, donde cada 15 días era habitual verlos actuar, lo que ayudó a consolidar la nueva formación. Ese mismo año y a partir de las buenas ventas del primer cassette, Perro Andaluz les ofrece grabar otro disco con mayor presupuesto y producción en “El Estudio” de Washington Carrasco y Cristina Fernández, es ahí que se gesta "Glitch", la perla ensangrentada del Río de la Plata, una suerte de White Light/White Heat Charrúa donde los conflictos internos y el hambre de volumen y distorsión fueron el entorno para uno de los discos más arriesgados nunca antes grabado en Uruguay, que no tiene la misma suerte que su antecesor trabajo. "Glitch" no vende tan bien ni tan rápido, pero igual mantiene a los Eléctricos como cabeza de una emergente generación de bandas como Buenos Muchachos, La Hermana Menor, Supersónicos y otras.

Hacia fines de ese año (1993) graban las últimas tres canciones con esta formación. Muchas cosas habían pasado en el medio desde Glitch y la banda decide producir un sonido más limpio en ellas, es así que en el Estudio de Riki Musso graban "Alcohol, Alcohol", "Fiat Premio" y una particular versión de "Tell me something New" de los Mockers. Dos de estas canciones verían la luz al año siguiente en el compilado "Criaturas del Pantano", pero en 1994 se produce la segunda baja en filas de Chicos Eléctricos, cuando Andy Adler decide dejar el país y marcha a España primero y posteriormente a EE. UU. Unos pocos meses tarda el próximo reemplazo con la salida de Federico Fernández y la incorporación de Gustavo Gómez tras los parches.

Mientras los dos miembros originales que quedan, Barcia-Barbieri, negocian con el sello Orfeo la grabación de su próximo disco con un cassette de maquetas inaudibles por ningún ser humano en su sano juicio. Logran embaucar a Alfonso Carbone y Cia y consiguen un vale por 100 horas en Estudio Record. Mundialmente en ese momento explota el Grunge masivamente, un estilo que ya los Eléctricos conocían por viajes al exterior (era común ver en sus discotecas discos de Mudhoney o Soundgarden pre Nirvana) y como trío encaran la grabación de "Vaca", otro de los discos más vanguardistas para el paisito, grabado por el Rata Mérola. Ese mismo año telonean a Ratos de Porao en una fecha inolvidable para los presentes que termina en batalla campal entre el público y la banda.

Al poco tiempo un viejo colega de armas y virtuosísimo guitarrista, German Mazzei, recién llegado de Suecia pasa a formar filas dentro de los Eléctricos, pasando nuevamente a la formación de cuarteto. También actúan por primera vez en Buenos Aires y siendo el primer antecedente de Rock de exportación que tiene el Uruguay post-dictadura. Logran una buena recepción del otro lado del charco, lo que los hace regresar tres veces más en el mismo año. Pero no todo son rosas, con un telegrama colacionado cancelan el contrato con Orfeo por diferencias sobre el manejo del grupo.

De la etapa Orfeo la banda había tenido mucho acceso a estudios de grabación durante el año 1995, maqueteando y grabando algunas de sus nuevas canciones, es así que en un comienzo nace la idea de editar independientemente "Garrón Hours" que se terminaría llamando "Psychosound"(1996) y sería el cuarto disco de la banda. Otra vez se vuelven a aliarse con Perro Andaluz para hacer la edición pero esta vez es compartida con el sello de la banda "Psychoflash". Un disco muy emblemático y libre de prejuicios, donde los Eléctricos muestran un gran abanico sónico. Ese mismo año actúan en el “Rock de Acá” organizado por X FM en el Teatro de Verano que reúne a 12.000 jóvenes en dos jornadas, es el renacer de la era de los macro festivales que habían desaparecido desde fines de los 80 por la poca convocatoria que el género tenía. El mismo Año se presentan en Rock & R.O.U. en el Estadio Centenario.

Llega 1997, comienzan el año con la incorporación del nuevo baterista Leo Manganelli, la banda busca aliados fuera de fronteras, coqueteos con la escena española pero sin llegar a buen puerto, En ese entorno deciden grabar su primer disco casi completamente en español (salvo Kurten Saken, basado en un libro para aprender sueco, aunque la verdadera intención pasaba por la broma del título y la dureza del lenguaje en ese idioma) nuevamente con Riki Musso en su estudio y graban "Juguete Subterráneo" que fue editado por Koala Records en 1998. Un disco asesino, pero maduro y directo, que destilaba 10 años de salvajadas y rock n' roll encontrándolos en una forma musical aplanadora y ya experiente, que los mostraba controlando ampliamente su música e instrumentos. El apoyo del sello es casi nulo y la modalidad de mega espectáculos que cada vez se va haciendo más fuerte aleja a la banda de la escena, quedando solos en su cruzada. Nuevamente cancelan el nuevo contrato con el sello y se dedican a seguir gobernando el under, hasta que en noviembre de 1999 es tomada la decisión de desintegrar la banda.

En su prolífica trayectoria los Chicos Eléctricos dejaron cinco discos donde contaron historias de excesos, despotricaron contra la escena rock uruguaya, cantaron en inglés -cuando era una herejía- y anticiparon tiempos oscuros para la cultura nacional. Cuando no les daba para el whisky se metían ‘vino de comunión’ al grito de dame más alcohol, o ironizaban sobre la primera reivindicación de la orientalidad en el rock (“Yo no amo este lugar”, gritaban en “Descerebrator”, canción incluida en su disco “Psychosound”).

Fueron las ovejas negras del rock uruguayo, que a fuerza de distorsión y lenguas afiladas sacudieron una década. Sin demagogia, por fuera de los cánones del rock de aquellos años. Ignorada por la crítica e incomprendida por el gran público, fue la única banda que supo retratar el lado salvaje de un tiempo donde nada era hermoso ni libre de verdad.

Únicos en sonido y actitud fueron reyes del underground montevideano durante la década de los 90, consagrados como la banda "maldita" dentro del rock uruguayo.

Discografía