Bio

Durante sus diez años reales de existencia, de 1982 a 1992, Claustrofobia fue un grupo que no dejó de sorprendernos en cada disco, en cada actuación. Sobre todo en su primera época, cuando hacían pop de difícil catalogación con influencias que iban desde Ultravox a Héctor Lavoe. Claustrofobia no eran la típica banda de rock. Tampoco eran la típica banda de rock de vanguardia. ¡Eran todavía más radicales!… En palabras de un famoso crítico que no pudo resistirse a la evidencia después de verles en directo, Claustrofobia eran uno de los tres mejores grupos de este país en un momento en que había muchos grandes grupos: Golpes Bajos, Radio Futura, Derribos Arias, La Mode, Loquillo y los Trogloditas… y podríamos seguir un buen rato.
Desgraciadamente, Claustrofobia habían fichado por una discográfica que fue incapaz de explotar todo el potencial comercial de la banda y les lanzó de lleno al underground. Ficharon a principios de 1983, y no fue hasta dos años después cuando apareció el primer LP del grupo, “Arrebato”, un disco collage con canciones en estudio y tomas en directo que se quedó demasiado corto para lo que Claustrofobia se merecían.
Durante esos dos años, el grupo hizo multitud de conciertos, primero en el circuito alternativo de las galerías de arte y los clubs de ambiente, y luego en festivales y salas de conciertos convencionales. Fue la época más intensa y sublime de Claustrofobia, primero cuarteto y luego trío ya consolidado con Pedro Burruezo como líder y Antoni Baltar y María José Peña como los otros dos vértices necesarios del triángulo. Estos Claustrofobia en estado de gracia estaban en el recuerdo de todos los que asistimos emocionados y arrebatados a sus conciertos irrepetibles, pero no había ningún material en el mercado de aquellos años.
Así que decidimos sacar a la luz las viejas cintas de cassette en las que se grabaron algunos de aquellos conciertos, y con ellas la primera maqueta y las dos canciones que tenían que publicarse en single en la primavera de 1983 y que finalmente aparecieron en dos discos distintos: Fiesta en la noche (que aquí ofrecemos en una versión algo más larga) en “Barcelona ciudad abierta” y Sombras en la alcoba en “Arrebato”. Entre los conciertos, la estrella es el primer Zeleste del grupo, en el marco de unos encuentros del nuevo rock catalán en julio de 1984, pero desafío a cualquiera a que intente encontrar una canción floja o supérflua entre las casi dos horas y media de este disco. Algunas canciones se repiten, pero siempre suenan con distinto matiz, y varias son desconocidas para gran parte del público porque nunca se publicaron en disco. Joyas como El fracasado, Mi futuro o Isabel se enamoró de aquel cantante de rock’n’roll con toda su insolente ingenuidad seguían inéditas. Ahora podeis escucharlas tal como sonaron en directo, y no como aquellas canciones en directo de “Arrebato”, a las que les fueron añadidos instrumentos adicionales en el estudio. Comparad aquella versión de Tango (París nostàlgic) con la del concierto de Zeleste que aquí se incluye. El sonido tiene deficiencias, claro, pero estoy convencida de que éste es el mejor disco de Claustrofobia. Y por si fuera poco, hemos contado con la colaboración del gran Francisco Casavella, hoy escritor de éxito y veintitantos años atrás fan número uno de los delirios claustrofóbicos. ¿No parece un sueño?

Discografía