Noticias de Sara Lov
Si bien nació en Hawai y a poco fue trasladada a Los Angeles, luego de la separación de sus padres, con tan sólo cuatro años, Sara Lov fue secuestrada por su padre, quien se la llevó a Israel y la retuvo junto a él por un espacio de diez años. A la postre, un tío la regresó a su país natal, Estados Unidos, donde no a mucho se unió con Dustin O'Halloran, Evan Schnabel y Theodore Liscinski para instituir Devics, agrupación de la cual formó parte un buen tiempo, hasta que finalmente decidió seguir su carrera como solista sin más alias que su propio nombre.
Fue recién este año cuando Sara Lov se dio a conocer en solitario con un EP titulado The Young Eyes, el cual fue seguido por su álbum primero, Seasoned Eyes were Beaming. La música de la norteamericana enseguida encontró repercusión en la crítica, la cual no tardó en referir de manera acertada que se trataba de un sonido “inolvidable”, o “igual a la miel”, y tanto más…; en cualquier caso, estamos ante un álbum punto más que esperado, y es entendible la presteza de la gente. Por su parte, Sara acertó en decir algo por el estilo de “simple y triste en compañía de una medida de güisqui”, frase no libre de cierta ironía, aunque no por eso menos atinada. Su música es, sí, algo apesadumbrada, pero más se explica como la sonoridad que se le podría arrancar a un ser alado sofocado en melancolía, y no como la apocada y abyecta expresión de un mortal oprimido cualquiera. Seasoned Eyes were Beaming no es una obra más de pop-folk, pues tanto más puntos gana cuanto que quien canta es Sara Lov, lo que, si no escucharon anteriormente su voz, no debe ser tomado como si tal cosa; es un extracto de poética tristeza, el recuento de los daños de un ángel alicaído.
Fuente: La Suite (http://tripanosoma-cruzi.blogspot.com/2009/03/sara-lov-seasoned-eyes-were-beaming.html)
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