Bio

Trece años después de su nacimiento como banda, Sloan no sólo siguen juntos, sino que además acaban de preparar una recopilación de sus mejores canciones. La fina ironía que envuelve el asunto no es que la banda no se lo merezca –siguen siendo tan aclamados y queridos como en sus comienzos –, sino que sólo unos pocos, quizás ni siquiera ellos mismos, pensaron que llegarían al año 2005 intactos y sin bajas en su formación original, además de enfrentarse al reto de editar una antología de sus singles.

Toda su carrera, desde su álbum de debut, “Smeared“ (1992), ha sido un continuo batallar contra las modas cambiantes, los sellos discográficos e incluso contra sus propias personalidades, pero ha merecido la pena, y además éste debería de ser el método de aprendizaje para cualquier banda de rock que se precie, ¿o no?

Durante este largo camino, la marca de la casa ha sido esa peculiar mezcla de estilos que van desde el pop más elegante hasta el pegadizo rock alternativo –inspirados por grupos que van desde My Bloody Valentine hasta la Velvet Underground y desde The Beatles hasta AC/DC o Kiss- que les han hecho ganarse a la crítica especializada y arrastrar uno de los más fervientes grupos de seguidores de todo el rock independiente, sin mencionar el status de cuasi héroes que tienen en su tierra natal, Canadá.

Procedentes de los ambientes universitarios y de las escuelas de arte, el guitarrista y cantante Jay Ferguson, el bajista y cantante Chris Murphy, el guitarrista y cantante Patrick Pentland y el batería y cantante Andrew Scott formaron Sloan en Halifax (Nueva Escocia), justo un año antes de editar el que sería su primer larga duración, “Smeared” (1992). Desde su irrupción en la escena independiente con ese disco han pasado ya nada más y nada menos que trece años, que han sido testigos de todo tipo de avatares: la alegría de ver el sueño de convertirse en una banda de rock hecho realidad, intentos de deserción tras probar el amargo sabor de las decepciones causadas por el negocio discográfico, el apoyo continuo de los verdaderos amantes de la música, etc. En definitiva, todo un catálogo de vivencias reflejadas en discos fundamentales para la escena canadiense, y, por qué no decirlo, del territorio pop independiente mundial. Trabajos como “Twice Removed” (1994), “One Chord To Another” (1996), “Navy Blues” (1998), “Between The Bridges” (1999), “Pretty Together” (2002) y el último capítulo de su catálogo de discos de pop perfecto, “Action Pack” (2003), en donde la banda se junta con el productor Tom Rothrock (Beck, R. L. Burnside, Elliot Smith) para dar a luz a un compendio de canciones donde la diversión y las grandes melodies cabalgan a lomos de poderosas guitarras. Su single “The Rest Of My Life” ha llegado a ser uno de los mayores éxitos de la banda en Canadá.

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Discografía