Bio

“Es como respirar”, dice Diana Navarro cuando habla de su voz. Una voz única que asombró cuando en 2005 apareció su primer disco, No te olvides de mí, del que se vendieron 250.000 ejemplares y consiguió doble platino en España. Una voz que vuela como un torbellino por encima de una música enraizada en los aires sureños de Andalucía, mezclando lo popular y lo contemporáneo, la tradición y el pop, y que se eleva en un laberinto de melodías y giros fascinantes. Es la voz de Diana Navarro, una cantante y compositora que ha conseguido por méritos propios una situación de privilegio en la música española y que ha sorprendido al público de otros países cuando han escuchado sus canciones. “Se quedan alucinados. Cuando veo a la gente con los ojos emocionados, pienso que no hay nada más grande que la música. Es maravilloso”, dice Diana.

Hasta llegar a tocar el éxito con las manos, la carrera de Diana Navarro no ha sido un camino de rosas. Es el fruto de un enorme esfuerzo personal, de superar muchos momentos difíciles. Nació en Málaga en 1978 y era la menor de cinco hermanos de una familia modesta. “Mi padre siempre ha cantado muy bien y desde chiquitilla me convertí en la atracción de las fiestas”, dice Diana. “Recuerdo los viajes en el viejo Renault escuchando a Camarón. Ha sido la banda sonora de mi infancia”.

A los nueve años ya cantaba en un coro folklórico con el que viajó hasta Quebec (Canadá). Mientras su memoria musical se enriquecía con el pop español de los 80 (Radio Futura, Alaska…), permaneció en el aquel coro hasta los 16 años. “Aprendí muchísimo”, continúa Diana. “Desarrollé mi intuición musical y parte del mérito de mi afinación viene de ahí. Fue mi escuela, viajaba por toda España y era feliz”.

Diana Navarro dejó pronto los estudios, alternó el coro con bandas pop (Pilita Calora) y otros grupos folklóricos (El Gazpachuelo) y descubrió la copla, un género musical español de raíz andaluza, de gran alcance popular en la mitad del siglo XX y que en los últimos años ha cobrado nueva vida, rescatado por nuevas generaciones de artistas. “Mi amor a la copla me hizo dedicarme a cantar, era lo único que quería”, afirma. Y entre los 16 y los 26 años, Diana Navarro se presentó a 29 concursos de copla ganando 19 primeros premios, entre ellos el Premio Nacional de Saetas de Málaga en los años 2000 y 2002.

En aquellos años, Diana Navarro grabó dos discos que se financió ella misma. De Noches de copla (1997) vendió tres mil ejemplares en las actuaciones, y en Homenaje (1999) cantaba las adaptaciones de canciones populares de Federico García Lorca como un tributo al poeta. En 1999, Diana conoció a Chico Valdivia, un importante músico andaluz, y le dio los dos discos. Seis meses después comenzaron a grabar las primeras maquetas, que llegaron a las manos del productor y músico Manuel Illán. Los tres empezaron a trabajar en 2001 y tardaron cuatro años en desarrollar el proyecto musical que ha llevado a Diana Navarro a lo más alto de la escena musical española.

Era el comienzo de una trayectoria fulgurante, de un estilo nuevo y diferente inspirado en la raíz (“He escuchado mucho a los clásicos, desde el flamenco de Manolo Caracol a la ópera María Callas. Ahí está la base”, dice Diana), y con la voz como joya de la corona.

En 2005 apareció No te olvides de mí, el primer álbum oficial de Diana Navarro, y en la primera semana se vendieron 15.000 discos. Un mes después era disco de oro e inmediatamente llegó el primer platino. Ganó el prestigioso Premio Ondas (el más antiguo que se concede en España) al Artista Revelación, fue nominada a los Grammy Latinos en la misma categoría, hizo más de 130 conciertos… “No era consciente de lo que pasaba. Estaba asombrada y feliz”, afirma Diana.

De No te olvides de mí se han vendido más de 250.000 ejemplares con doble disco de platino y es el álbum que situó a Diana Navarro en la cumbre desde el principio. “La fama no hace tontos, los descubre, y a mí me hizo dejar de ser ignorante”, dice. “El éxito me ha hecho encontrarme como persona después de tanto tiempo de buscarme como artista. Fue un sueño que no hubiera sido posible sin tener al lado a Manuel Illán”.

No te olvides de mí contiene canciones que Diana Navarro siempre había cantado con una visión nueva y contemporánea. Su primer y gran éxito, la canción Sola, estaba inspirado en la media granaína, un cante flamenco, y otros temas del álbum también se basaban en diferentes modos flamencos. “Todos los años difíciles pasados y el aprendizaje sirvió para crear un estilo propio, que culminó con la aceptación del público y de la crítica. Una década de trabajo había merecido la pena. El público me seguía”, afirma Diana. En mayo de 2006, Diana Navarro ganó dos Premios de la Música (concedidos por la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España) a la Artista Revelación y a la Mejor Producción.

Conscientes de que el impacto de su primer álbum y de la canción Sola era difícil de repetir, Diana Navarro y Manuel Illán comenzaron a preparar el segundo disco, 24 rosas, que se publicó en 2007. “Quizá por eso es un álbum más espiritual, con canciones tan bellas como Mare mía, un homenaje a los padres que luchan por sacar a sus hijos adelante. Algunos creyeron que era un disco casi religioso, porque la canción 24 rosas está inspirada en un texto de Santa Teresa de Jesús, pero no es así”, matiza Diana. De 24 rosas se vendieron 120.000 ejemplares alcanzando el disco de platino y Diana Navarro ofreció más de 90 conciertos en su gira de presentación.

“El tercer disco era algo que teníamos pendiente: cantar copla con un nuevo traje musical”, dice Diana Navarro de su álbum Camino Verde. “Las críticas fueron excelentes y alabaron su originalidad. Además, ha permitido que mucha gente se acerque a la copla”. Publicado en 2008, Camino Verde vendió más de 150.000 ejemplares y significó el reencuentro de Diana Navarro con un género íntimamente ligado a la cultura popular española con una nueva visión musical.

En 2008 y 2009, Diana Navarro participó en el espectáculo Mujeres y paseó su voz por Londres (Sadlers Wells), París (Théâtre Chaillot), Washington (Lisner Auditorium), Miami (Carnival Center for the Performing Arts) y Nueva York (New York City Center), entre otras ciudades. Y entre concierto y concierto, comenzó a preparar su cuarto álbum. “Será un disco de flamenco grabado en directo, una especie de homenaje respetuoso a los clásicos, especialmente a la Niña de la Puebla”, afirma Diana. “Es un amplio abanico de estilos flamencos con guajiras, cantiñas, soleá, seguiriya, bulerías, milongas, verdiales, jaberas, una caña como tributo a Enrique Morente… Incluso habrá una versión de Sola por media granaína ortodoxa”.

Será lo nuevo de Diana Navarro, el cierre de un ciclo. “Admiro a la gente que lucha por divulgar la música de raíz. Necesito hacerlo para después abordar otras cosas que también siento, sin patrones. Mi música es para gente con alma, pasional, que transmite vida y amor, el no conflicto, la coexistencia. Todos somos uno y quiero inspirar este sentimiento”.

Para conseguirlo, Diana Navarro continúa preparándose, intentando mejorar y superarse día a día. “Estudio interpretación porque necesito algo que reconstruya la persona y sea útil para mi trabajo”, termina Diana. “Soy muy crítica conmigo misma, radical, de blancos y negros. Pero necesito los grises, reinventarme constantemente porque, al final, aunque intente separar la artista de la persona, es lo mismo. Soy yo”. Es Diana Navarro, una voz con alma y tan necesaria como respirar.

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