Bio

La ruta de vida de Joe Vasconcellos se asemeja a la bitácora de un marino que recorre puertos, ciudades y vive en permanente movimiento. Nacido en Chile, hijo de madre chilena y padre brasileño, Joe Vasconcellos partió de niño a Brasil, país donde transcurrió su infancia, para luego desplazarse a tierras tan dispares como Ecuador, Japón e Italia. Fueron las labores diplomáticas de su padre las que motivaron estos viajes, e Italia, el lugar donde siendo adolescente, Joe Vasconcellos se acercó a la música. Ingresó primero al Conservatorio Nicolo Paganini y colaboró luego, con distintos artistas. Previamente asumió otras labores. “Dentro de las cosas que hice en Génova, fui DJ: hice programas de música brasileña y trabajé en discotecas. Además toqué en transatlánticos, hice dos cruceros increíbles. También toqué guitarra en un grupo al que le pusimos Génova Río. Tocábamos en un teatro-cabaret muy frecuentado, un lugar donde Iban desde estibadores hasta gente famosa. Ese fue mi primer trabajo como músico”.

De su incial interés por la trompeta, hacia el Oboe, del Oboe a la guitarra y de las cuerdas a la percusión, Joe Vasconcellos descubrió en los tambores su pasión: se acercó entonces al fascinante universo de “los cueros”. Tal interés lo llevó a descubrir músicos cubanos, suceso que despertó en el la necesidad de regresar al continente para estudiar y conocer a fondo el área donde anhelaba especializarse.
De regreso en Chile, un por entonces veinteañero Vasconcellos, pronto fue invitado a sumarse a Congreso, seminal grupo chileno de jazz-rock, cuya carrera se encontraba en suspenso y que reapareció con él como cantante y percusionista.

Dos discos grabó Vasconcellos junto a Congreso: “Ha llegado carta” y “Viaje por la Cresta del mundo”, elepé este último al cual aportó “Hijo del sol luminoso”, pieza clave del repertorio de la banda y que alude al encuentro con el ancestro y la raíz del Ser Americano. Un tema que ha trascendido como un clásico de la música popular chilena y que refleja lo que el conjunto entregaba a su público en dicha época. En pleno régimen militar, Congreso brindaba poesía y esperanza, un respiro y una mirada optimista en cuanto al Chile que vendría. “Congreso significaba lucha, resistir en un lugar, resistencia cultural. Éramos los reyes de la metáfora, para sobrevivir, pero la gente que entendía nuestro mensaje, lo entendía muy bien. Era un grupo de una calidad altísima y me siento orgulloso de haber sido integrante”.
Después de esa enriquecedora experiencia, Vasconcellos toma una decisión: dejar la banda y viajar con el objetivo de medirse y perfeccionarse. “Dejé Congreso en un momento en que se me ofreció irme con mis tambores a Brasil y me pareció que no podía dejar pasar la oportunidad. Quería ir a probarme, saber cuánto medía en el universo de los grandes percusionistas”.

El viaje resultó fructífero. En Brasil profundizó sus estudios de percusión y tocó con importantes artistas, entre ellos, Maria Creuza. Sin embargo su mirada siguió siempre atenta a Chile. “Como músico de María Creuza tuve la oportunidad de viajar a Chile varias veces y me di cuenta que había una efervescencia tremenda en 1989. Llegaba la alegría y aunque tenía contactos en Estados Unidos y España, mi corazón me decía que tenía que venirme acá”
A principios de los 90 y antes de regresar, compuso y grabó “Esto es solo una canción”, un álbum registrado en Brasil, pero cuyas piezas evocan añoranza hacia Chile.

El debut fue bien comentado. Vasconcellos decidió entonces establecerse definitivamente en Chile, país que se encontraba retomando su democracia y en 1992 lanza “Verde Cerca”, para muchos, su mejor álbum. Y es que este es el disco que definió su estilo musical. El CD abrió un espectro para fusiones poco experimentadas y que fueron muy bien recibidas por un Chile sediento de baile y movimiento de caderas. Cumbia y Samba- Reggae, afro-rock, raíces, modernidad y urbanidad, el álbum presentó el beat latino que hacía falta.

“Toque” (1995) fue su sucesor, con una gran producción a cargo del argentino Guido Nisenson. El ritmo brasilero, el pop latino y el blues a la chilena de Vasconcellos se apoderaron del dial y llevan al músico por todo Chile.

“Transformación” (1997) siguió el camino de la exploración por los ritmos del continente y las temáticas ecologistas y contingentes, pero incluyó además nuevos elementos, experimentos electrónicos e interesantes colaboraciones y donde participó el poeta mapuche Leonel Lienlaf, quién recitó en mapudungún – lengua originaria de esta etnia chilena – en el tema que dio nombre al disco.

Para entonces Vasconcellos suena en radios y recorre el país. De esta forma se concibió “Vivo” ( 1999), un CD que registró fielmente la comunión entre el artista y su público y resumió las canciones más importantes de su carrera. Este trabajo llevó a Joe Vasconcellos al Festival de Viña del Mar (2000) donde su presentación marcó un hito, por la recepción eufórica del público.
Y llegó la necesidad de realizar una pausa en su carrera que le permitió recobrar cierta tranquilidad y acercarse al cine. De esta forma compone y aporta canciones para las películas chilenas “Taxi para Tres” y “Ogú y Mampato Rapa Nui”, y posteriormente, “Cachimba”.

En el 2003 editó “En Paz”, donde el músico se dio el lujo de convocar a importantes artistas chilenos e internacionales, entre ellos Lunwisga Plaatjies, la sudafricana cantante de Amampondo, cuya participación fue definida por el músico como “una bendición”. Dicho intercambio inauguró una serie de otras colaboraciones y trabajos orientados a la proyección internacional de su trabajo.

Durante ese periodo, se edita en Perú su primer Grandes Éxitos “Dejando Huellas” (2004), trabajo que lo lleva a tocar en el país vecino, graba junto al dominicano Chichi Peralta y realiza sus primeras incursiones en Estados Unidos, donde realiza giras en festivales de World Music, circuito internacional que lo recibe con los brazos abiertos.

El 2005 edita “Banzai” su primer disco independiente, CD para el cual retoma el trabajo con el productor Guido Nisenson y convoca a una banda de lujo. Comprometido con la fundación Oceana e incorporando temáticas referidas a la preservación de los mares y océanos del mundo, el disco lo lleva nuevamente a Estados Unidos, así como también a Suecia y España, país este último donde – mediante un convenio establecido entre la Sociedad Chilena del Derecho de Autor y la SGAE – “Banzai” es editado y el artista realiza un trabajo de promoción orientado a reforzar su presencia en dicho mercado.

Actualmente se prepara para editar un nuevo disco que será lanzado simultáneamente en Chile y España. El noveno disco en su carrera: “Un día nueve, número que para mí tiene muchos significados, nació mi noveno trabajo, “DESTINO”. La reciente pérdida de mi viejo me hizo analizar mi vida de un modo retrospectivo. Chile, mi familia, las “cirandas” de San Juan en Brasil, mi infancia marcada por una realidad latinoamericana, mi mamá enamorada de la cultura española y mis posteriores viajes por el mundo, conforman todo ello un DESTINO, esa cosa mágica que no se puede explicar. Este disco lo considero libre, ecléctico y nada liviano, forma un universo común, pues parte de la cumbia sin ser un disco de cumbias y sabe a flamenco sin ser un disco flamenco. Procuro letras con sentimiento, de doble lectura, todo un legado en sus canciones. Libertad como modo de expresión, grito ante hechos trágicos, ante la hipocresía y el día a día. Posee, al mismo tiempo, el espíritu de hacerlo con alegría, no importa lo que estés diciendo, estás disfrutando de la poesía, la música y la vida”.
Y es que ese es Joe Vasconcellos: un artista con 35 años de carrera, maduro y a la vez, plenamente actual; un músico que sabe combinar como pocos, su amplia experiencia con una energía inagotable. Esa capacidad para fundir raíces y modernidad, lo conecta directamente con el presente, y hace que sus canciones suenen sabrosas y vitales, orgánicas y urgentes. La necesidad de trasmitir su verdad artística y compartir su mensaje humanista y ecologista, lo llevan a buscar continuamente nuevas formas de trabajar y relacionarse con distintos actores que le permiten llevar ese latido esencial a los distintos rincones de Chile y el mundo, donde pueda encontrarse con devotos del tambor y de estas músicas. Crear, renovarse, generar instancias de encuentro, son sus actuales motivaciones, las aspiraciones que lo mantienen vigente y vivo: su más importante desafío.

Discografía