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16 de septiembre de 2024
Bob Dylan y su "Slow Train Coming": El giro espiritual que marcó su carrera.
El álbum de 1979 de Bob Dylan, Slow Train Coming, es un testimonio de su conversión religiosa y un hito en su carrera musical.
En 1979, Bob Dylan sorprendió al mundo de la música con Slow Train Coming, un álbum que no solo marcó un giro sonoro en su carrera, sino también un cambio profundo en su vida personal. Este disco fue el primero en lo que se ha denominado la trilogía cristiana de Dylan, y aunque fue polémico en su momento, con el tiempo ha sido considerado una obra maestra llena de pasión, fe y algunos de los mejores arreglos de su carrera. A continuación, te llevamos por un recorrido detallado de las canciones, la producción y el legado de este influyente álbum.
El contexto detrás del álbum
El lanzamiento de Slow Train Coming fue recibido con una mezcla de asombro y sorpresa. Hasta ese momento, Dylan había sido visto como la voz de una generación, un poeta del rock que abordaba temas sociales y políticos. Sin embargo, tras una experiencia espiritual en Tucson, Arizona, Dylan se convirtió al cristianismo, y Slow Train Coming fue su forma de expresar esta nueva faceta de su vida. Este cambio no fue bien recibido por todos sus seguidores, pero para Dylan, este disco fue una declaración sincera de fe.
Dylan buscó la mejor calidad en la producción de Slow Train Coming, lo que lo llevó a grabarlo en los legendarios estudios Muscle Shoals, bajo la producción de Jerry Wexler, un ícono de la música soul que había trabajado con grandes como Aretha Franklin y Wilson Pickett. Con la participación de Mark Knopfler, el guitarrista de Dire Straits, el sonido del álbum combinó el blues, el rock y el gospel en un conjunto impecable y bien producido.
Las canciones: Un mensaje de fe
El álbum abre con "Gotta Serve Somebody", quizás la canción más famosa de este disco y que ganó un Grammy. En esta canción, Dylan lanza un mensaje claro: todos deben servir a alguien, ya sea a Dios o al diablo. Esta mezcla de humor, sarcasmo y fervor religioso establece el tono de todo el álbum.
"Precious Angel" y "I Believe in You" siguen, mostrando un Dylan vulnerable, que canta con una emoción sincera sobre su recién descubierta fe. Mientras que "Slow Train", el tema que da título al álbum, es más oscuro y ominoso, una crítica a la corrupción y los males del mundo moderno, donde Dylan lanza su mensaje con la fuerza de una locomotora.
El álbum también incluye temas como "Man Gave Names to All the Animals", una canción infantil y juguetona que añade un respiro ligero entre los mensajes más serios. En contraste, "When He Returns" cierra el álbum con una de las interpretaciones vocales más emotivas de Dylan, dejando claro que su compromiso espiritual era profundo y sincero.
Producción y sonido
El sonido de Slow Train Coming es una de las grandes virtudes del álbum. Dylan, junto con Wexler, logró un equilibrio perfecto entre la crudeza de su voz y la riqueza de los arreglos. La participación de Knopfler en la guitarra le dio al álbum un toque especial, con solos llenos de alma que complementan las letras llenas de fe y convicción.
La combinación de los arreglos de los Horns de Muscle Shoals, las percusiones suaves y los coros femeninos añaden una dimensión espiritual al álbum, dándole un aire solemne pero a la vez energético. Slow Train Coming es una fusión de rock, gospel y blues que sigue resonando con fuerza décadas después de su lanzamiento.
La recepción y el legado
En su momento, Slow Train Coming fue un disco polarizante. Algunos fanáticos de Dylan no aceptaron su nuevo enfoque religioso, y muchos de sus críticos consideraron que estaba utilizando su plataforma para predicar. Sin embargo, con el tiempo, el álbum ha sido reevaluado y es visto como uno de los trabajos más apasionados y bien logrados de su carrera.
A pesar de las críticas, el álbum fue un éxito comercial, alcanzando el número 3 en las listas de EE. UU. y el número 2 en el Reino Unido. Canciones como "Gotta Serve Somebody" se convirtieron en himnos, y el álbum en su conjunto se ganó un lugar entre los grandes trabajos de Dylan. Artistas como Mavis Staples y los Five Blind Boys of Alabama han versionado canciones del álbum, lo que demuestra su impacto en el mundo de la música gospel.
El arte de la portada
El arte de la portada de Slow Train Coming también tiene su propia historia. Diseñada por el artista William Stetz, la imagen muestra a un trabajador alzando un pico, simbolizando el esfuerzo y la fe. Esta imagen, junto con el paisaje que parece inspirado en el Viejo Testamento, refuerza el tono bíblico del álbum. La sencillez de la portada contrasta con la profundidad del contenido, y con el tiempo se ha convertido en una de las más icónicas de Dylan.
Slow Train Coming fue más que un simple disco de rock. Fue una declaración de principios, un testimonio de la fe recién descubierta de Bob Dylan y un giro audaz en su carrera. Aunque causó controversia en su lanzamiento, el tiempo ha sido amable con el álbum, y ahora se lo ve como una obra fundamental en la discografía de Dylan. Con canciones que aún resuenan por su honestidad y pasión, Slow Train Coming sigue siendo un testamento del poder transformador de la música.
Por Luis Tomasoli
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