Martes 1 de Abril de 2025

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29 de marzo de 2025

El Triste: del grito desgarrado de José José al susurro melancólico de Kevin Kaarl

Una misma canción, dos generaciones distintas, un mismo dolor universal. La historia completa de un himno latinoamericano y su relectura íntima en manos del cantautor folk más sensible de México.

La historia de “El Triste” no empezó en un escenario, sino en un velorio. Roberto Cantoral, compositor mexicano con una larga trayectoria en la música romántica, escribió la canción tras la muerte de su madre. El dolor real, íntimo, le dio forma a una letra que no habla explícitamente de la muerte, pero que la recorre como un fantasma. Habla del adiós, de la ausencia, del vacío que deja alguien que se va sin despedirse. Habla de quedarse solo en una sala llena de gente.

Ese texto fue entregado a José José a finales de los años 60. En ese entonces, el joven cantante buscaba abrirse paso entre los grandes del bolero y la canción romántica. Su voz, ya reconocida por su profundidad y matices, encontró en “El Triste” un canal perfecto para desplegar todo su potencial. Pero ni él, ni Cantoral, ni el público estaban preparados para lo que sucedería el 15 de marzo de 1970.

Ese día, en el Teatro Ferrocarrilero de Ciudad de México, se celebraba el II Festival de la Canción Latina. José José se presentó vestido de traje oscuro, con el rostro aún de niño pero la garganta de veterano. Al terminar su interpretación, el público se levantó de los asientos en una ovación larga, visceral, incontrolable. Las cámaras registraron gente llorando, gritando, pidiendo que le dieran el primer lugar. No lo obtuvo. Quedó tercero. Pero ganó mucho más que un premio. Nació esa noche una leyenda.

Desde entonces, “El Triste” se volvió el tema de referencia de José José. Cada vez que lo cantaba, se volvía a desgarrar. Cada vez, el público se lo exigía con la misma expectativa: que lo diera todo. La canción formó parte de su tercer álbum, lanzado ese mismo año. No era simplemente una balada. Era una muestra de que la canción popular podía tener la misma intensidad emocional que una ópera.

Con el paso del tiempo, “El Triste” trascendió a su autor y a su intérprete. Se convirtió en una especie de rito iniciático para muchos cantantes que intentaban demostrar su capacidad vocal. El tema fue versionado por tenores, ídolos del pop, artistas de reality shows y bandas sinfónicas. Pero en todos los casos, la interpretación giraba en torno a lo mismo: el virtuosismo, la fuerza, la entrega escénica.

Hasta que apareció Kevin Kaarl.

En marzo de 2025, a 55 años de aquel festival que hizo inmortal a José José, el joven cantautor chihuahuense decidió lanzar su propia versión de “El Triste”. Y en lugar de competir con el peso del original, hizo lo contrario: bajó el volumen. La convirtió en una plegaria susurrada, en una confesión a media luz. Quitó los metales, las cuerdas orquestadas, los crescendos explosivos. En su lugar, puso una guitarra suave, unos silencios largos y una voz que tiembla en lugar de gritar.

No fue una jugada fácil. Revisitar una canción así es caminar por el borde. Pero Kevin lo hizo desde el respeto, no desde la imitación. Y eso se nota. Su versión no trata de superar nada. No busca dejar huella en el mismo lugar. Lo que hace es abrir una nueva grieta. Una grieta en la que cabe otra tristeza, más moderna, más introspectiva, más contenida.

Mientras José José nos cantaba como si llorara desde un escenario lleno, Kevin nos canta como si lo hiciera desde una habitación vacía. Donde antes había una orquesta, ahora hay eco. Donde antes había proyección, ahora hay cercanía. Kevin canta como si la tristeza no necesitara explicación. Como si todos la lleváramos puesta.

El videoclip acompaña esa idea: imágenes en blanco y negro, primeros planos quietos, una estética despojada que no distrae del sentimiento. Todo está pensado para dejar lugar al silencio. Para que resuene la letra. Para que duela sin dramatismo.

Este lanzamiento no es un hecho aislado en la carrera de Kevin Kaarl. Forma parte de un proceso en el que el artista viene profundizando su mirada melancólica sobre el mundo. Su disco Ultra Sodade, también publicado en 2025, gira en torno a la pérdida, el paso del tiempo, el extrañamiento. El Triste aparece como una especie de epílogo o bis emocional. Una canción prestada que le queda perfecta.

En vivo, Kevin ya anunció que será uno de los momentos más esperados de su gira mundial Ultra Sodade Tour 2025, que recorrerá Estados Unidos, América Latina y Europa. Cada noche, “El Triste” sonará distinta. No porque cambie la melodía, sino porque cambiará el silencio que la rodea.

Algunos podrán pensar que la versión de Kevin es demasiado suave, demasiado íntima, demasiado contenida. Pero quizás ahí está la clave. En un mundo donde todo se grita, él elige susurrar. Y en un panorama musical saturado de ironía, cinismo o espectáculo, Kaarl se para firme en la orilla de lo sensible. Reivindica la tristeza como parte de la vida. No como algo que haya que superar, sino como algo que hay que escuchar.

“¿Qué le puede aportar alguien de 24 años a una canción de hace medio siglo?”, se preguntan algunos. Y la respuesta está en la escucha. Kevin no cambia la letra, no reinventa la melodía. Lo que hace es resignificarla. Y al hacerlo, la actualiza. Nos la entrega de nuevo, como si la acabara de escribir. Porque la tristeza no envejece. Solo cambia de forma.

Hoy, más de medio siglo después, El Triste vuelve a sonar con otra voz, en otra época, para otra generación. Pero sigue doliendo igual. Y quizás, ese sea el mayor triunfo de una canción.


🎸 Acordes para tocar esta versión:
👉 https://acordesweb.com/cancion/kevin-kaarl/el-triste

Por Fede Marino.

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