Bio

"Yo soy el cantar del pueblo y a mi pueblo quiero cantar para decirle cantando la puritita verdad" así se autodefine, uno de los cantantes más comprometidos con su pueblo, en una de sus canciones escritas hace más de 10 años.

Hace mas de 50, en Mezapa, Atlántida Honduras, nació Mario Ernesto Castro. Conocido artísticamente como Mario de Mezapa, un singular cantautor proveniente del interior de Honduras que ofrece un vistazo crudo y honesto de una realidad que es ajena al escritor de ciudad, una poesía nacida del pueblo y que desde el pueblo se entiende, aprecia y disfruta.

Las reflexiones vivencias y anhelos se transforman en inspiración musical para este cantautor hondureño de sangre, alma y corazón, nacido en Mezapa, un pequeño pueblo de el departamento de Yoro.
Hijo único de doña Rita Castro, quien asumió el reto de enviarlo sola desde que lo llevaba en su vientre, ya que su compañero de hogar la abandonó sola a su suerte, con apenas tres meses de embarazo.
La vida para Mario Castro, conocido artísticamente como Mario de Mezapa, nunca ha sido fácil, conoció a su padre cuando ya tenía 18 años, de quien probablemente sacó su vocación artística. "Mi padre era un bohemio, cuando joven tocaba muy bien la guitarra", recuerda el veterano artista.

En sus primeros años de escuela se destacó declamando poemas. En quinto grado el profesor Eugenio Romero Bulnes, le regaló una guitarra y desde entonces comenzó a cantar. Inició con las canciones de Javier Solís y la Sonora Matancera.

Inicia como cantautor en los años setenta, al igual que como activista en el movimiento campesino, donde ha experimentado luchas, triunfos y sin sabores. “Me parecía que me iban a decir que no servían porque yo las hacia”, comenta.

Pero tuvo apoyo de los grupos campesinos, pues sus primeras producciones estaban relacionadas con la lucha por la Reforma Agraria. Sus canciones rescatan la mitología hondureña, las leyendas de nuestro pueblo y la relacion explotadora entre el patrono y obrero.

Mario se integra a la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC), en Puerto Cortés, durante una recuperación de tierra. La CNTC lo dio a conocer en diferentes lugares del país y lo impulsó como artista con el nombre de Mario de Mezapa.

Su primera producción fue de doce canciones grabadas en caset con el título “Retorno al Campo”. Hace unos cinco años grabó su disco compacto “Junto al Pueblo”, y actualmente presentamos el disco producido por Costa Norte Record “De sucias, cadejos y cucuruchos”

El cantante tiene grabado en su memoria que cuando estaba en Tegucigalpa su padre le envió una carta donde le pedía que se fuera a vivir con él, después lo echó a la calle porque Mario no quería estudiar la Biblia y asegura con resignación el cantante popular que "fue lo mejor que hizo mi padre".

Le tocó dormir en la calle, en el Parque Central de San Pedro Sula "aprendí muchas cosas en la calle, a dormir sentado, porque los policías me levantaban de las orejas si me encontraban acostado, pero aprendí a llevarme bien con los demás", recuerda Mario.

"Aprendí a lavar carros, a cuidar bicicletas en el estadio, lustraba zapatos y otras cosas para ganarme la vida, pero me cansé de todo eso", asegura el cantautor hondureño y explica -"de noche y de día yo cantaba, después decidí meterme de albañil y aprendí a ser albañil y carpintero"-, oficios que en la actualidad le permiten ganarse la vida.

Vive para el arte

Mario de Mezapa ha escrito varias canciones con las cuales arranca diversas emociones por parte de quienes lo escuchan. Le canta a la vida, a las mujeres, al amor, pero en casi todas sus creaciones musicales habla de nuestra realidad, de nuestras costumbres, tradiciones y de nuestra vida política.

Ha combinado su vida con el arte en distintos espacios, no sólo como cantante, también ha participado en varios obras de teatro, incursionó en obras teatrales con el grupo "Miguel Cálix Herrera", también intentó ser sindicalista, se vinculó durante varios años con organizaciones campesinas como la Central Nacional de Trabajadores del Campo, CNTC, y en la cual ocupó el cargo de Secretario de Arte y Cultura, desde donde logró una mayor proyección artística.

No ha sentido la necesidad de vivir del arte, a pesar de ser un cantautor conocido a nivel nacional e internacional. Pues su logros artísticos se los debe al esfuerzo contante y arduo a través de los años.

Caracterizado por su humildad y profunda preocupación por la cultura de los trabajadores del país y en especial de la obreras de maquila, reflexiona y dice que "entre las mujeres y los hombres que trabajan en la maquila pueden descubrirse muchos valores, quizá ellos puedan ir más lejos y poner en alto el nombre de Honduras, por medio del arte y hablar de nuestra realidad diciendo las cosas con talento y arte".

Discografía