Me detuvo el lento caer y su color
rosa, pluma errante en el viento de mi lar.
Recordaba calles, faroles de dolor,
y tenía algo arrugado que anotar,
cuando casi me tocó
la pluma de un pájaro
rosa, solitaria, cayendo lento;
me detuvo a tiempo,
tarde de algún sábado,
un otoño de congelado viento y sol.
Recordaba arrugas, faroles que anotar,
un sol gris de calle y otoño del amor,
como luna roja de casas sin piedad,
o cualquier instante, relato y estación,
cuando emocionado,
detenido y ya sin mi,
vi caer la pluma de algún rosal cantor,
un pétalo planeador
que cerca de mi nariz
me trajo de vuelta al viento helado.
Como luna roja de arrugas sin piedad,
o cualquier otoño, momento o año,
recordaba casas, poemas sin cantar,
y una vieja calle con un roto farol,
y una historia de dolor,
y un planeta verde azul,
y estatuas de sal que ir a ver de sábado,
cuando aquí a mi lado
y con una rosa luz,
me detuvo la pluma que un ave perdió.
