Son-son, tan-tan, son-son, los tiburones...
Son-son, tan-tan, son-son, los tiburones...
Una noche el la cantina con mi negra la que mejor mueve el caladero.
Vino a verme el capitán con cara de malo y con voz de malo y el cantinero.
Y lo que sucede... Dijo: Yo vengo de parte de Fidel
¿Qué pasa aquí de madrugada?
Mi capitán no pasa nada, no sea usted como él.
Yo bebo ron, yo bebo ron, mi capitán, mi capitán,
y canto porque el ron me alegra.
¡Ay! Al laito de mi negra la del son, son-son, tan-tan...
Y esa noche en la cantina con mi negra la que mejor mueve el caladero,
vino a verme el viejo ronco de pelo blanco y el santiaguero,
el de los tambores... Y cuando el santiaguero empezó a tocar
los tambores con sus manos,
el humo fino de habano también se puso a cantar.
Yo bebo ron, yo bebo ron, mi capitán, mi capitán,
y canto porque el ron me alegra.
¡Ay! Al laito de mi negra la del son, son-son, tan-tan...
Y los negros Sharicakas, bebiendo palitos de ron,
y agarrando las aguas, un corazón de sus mulatas.
Y los negros Sharicakas, bebiendo palitos de ron,
y agarrando las aguas, un corazón de sus mulatas.
Yo bebo ron, yo bebo ron, mi capitán, mi capitán,
y canto porque el ron me alegra.
¡Ay! Al laito de mi negra la del son, son-son, tan-tan...
La del son, son-son-son, tan-tan.
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