1. Creo, Señor, firmemente
que de tu pródiga mente todo este mundo nació.
Que de tu mano de artista, de pintor primitivista
la belleza floreció.
Las estrellas y la luna, las casitas, las lagunas,
los barquitos navegando sobre el río rumbo al mar;
/los inmensos cafetales, los blancos algodonales
-
y los bosques mutilados por el hacha criminal./
Creo en Vos, arquitecto e ingeniero,
artesano, carpintero, albañil y armador.
Creo en Vos, constructor del pensamiento,
de la música y del viento, de la paz y del amor.
2. Yo creo en Vos, Cristo obrero,
luz de luz y verdadero unigénito de Dios;
que para salvar al mundo en el vientre humilde
y puro de María se encarnó.
Creo que fuiste golpeado, con escarnio torturado,
en la cruz martirizado siendo Pilato pretor,
/el romano imperialista, traicionero y desalmado,
que lavándose las manos quiso borrar el error./
3. Yo creo en Vos, compañero,
Cristo humano, Cristo obrero, de la muerte vencedor;
con tu sacrificio inmenso,
engendraste al hombre nuevo para la liberación.
Vos (Tú) estás resucitado en cada brazo
que se alza para defender al pueblo del dominio explotador;
/porque estás vivo en el rancho, en la fábrica, en la escuela;
creo en tu lucha sin tregua, creo en tu Resurrección./
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