Entre tus manos y los clavos que sostienen tu cuerpo
Aferrándolo a este leño.
Están Señor todas las veces que prefiero olvidarte
y me alejo de tu lado.
Están mis frágiles promesas y el creer que puedo solo.
Están los miedos que cobijo y los planes que hice sin ti,
por desconfiar de tus palabras.
SE UNDE SEÑOR EN TU COSTADO ATRAVESANDO EL CORAZÓN
LA LANZA CRUEL DE MI PECADO
Y LA SANGRE QUE HAS DERRAMADO,
ES LA QUE ME HA SANADO.
Entre el dolor y las espinas que coronan tu frente
y el clamor de tus heridas
brota tu amor como un torrente que ha regado el desierto
donde sólo había muerte
brota la vida en mi agonía, nace la luz en mis tinieblas
huye la angustia que reinaba en lo hondo de mi corazón
porque has pronunciado mi nombre.
SE UNDE SEÑOR EN TU COSTADO ATRAVESANDO EL CORAZÓN
LA LANZA CRUEL DE MI PECADO
Y LA SANGRE QUE HAS DERRAMADO,
ES LA QUE ME HA SANADO.
Entre tu cruz y los latidos de mi pobre corazón
están tus brazos y el abrazo que recogen mis esfuerzos
y sostienen mi existir.
Está tu voz que apacigua mi alma y tu mirada,
que conoce mi interior.
Vienes Señor hasta mi vida a llenarla de alegría
a saciar mi hambre de ti.
SE UNDE SEÑOR EN TU COSTADO ATRAVESANDO EL CORAZÓN
LA LANZA CRUEL DE MI PECADO
Y LA SANGRE QUE HAS DERRAMADO,
ES LA QUE ME HA SANADO.
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