Dulce muchacha humilde de Palestina,
a vos para ser madre Dios te eligió.
Y cuando desde el cielo te mandó un ángel
para pedir tu consentimiento
vos le dijiste tu esclava soy (bis últimos dos versos).
POR ESO VOY A DARTE MI CORAZÓN,
Y CANTANDO REPETIRÉ TU NOMBRE MARÍA DE NAZARET
Fue tu materna espera luz de esperanza,
en la que el guricito nació en Belén.
y vinieron los pobres y peregrinos
para adorarlos y Él sonreía,
Dios con nosotros, el Emmanuel.
ESTRIBILLO
En aquel tallercíto de carpintero,
Dios aprendió el oficio del Buen José
y vos yendo y viniendo de la cocina
guardaban cosas dentro del alma
que te sirvieran para después.
ESTRIBILLO
Viendo morir a tu hijo en el Calvario,
te hiciste nuestra Madre junto a la Cruz
y quedaste esperando porque sabías
que volvería resucitado
de entre los muertos el Buen Jesús.
ESTRIBILLO.
Ahora que en cuerpo y alma están en el cielo
sentimos tus plegarias junto al Señor
y que vas caminando con el que sufre,
con el que llora, con el que sueña,
con la justicia y con el amor.
ESTRIBILLO.
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