Una cabeza colgando, las manos destrozadas
los pies sangrando. Una cruz, varios clavos
y una corona de espinas para mi hermano.
Yo Señor, con estas manos martillé y me mirabas,
y me lo dejabas hacer.
Te ofendí en la cara, cómo puede ser Señor
que me digas que me amas y le pidas a mi Padre
que perdone lo que estoy haciendo en vez de odiarme.
Y tus ojos se cierran pero en vez de condenarme
me miran en forma tierna y se hiela mi sangre
porque he matado a mi hermano que vino para salvarme.
Yo Señor, con estas manos martillé y me mirabas,
y me lo dejabas hacer, Señor,
con estas manos martillé y me mirabas
y me lo dejabas hacer...
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