A dos metros del domingo, dibujando tu belleza
el silencio en un abismo, un cubano sin sabor.
Cementerio de esperanzas, creo ver dormitar a Dios
las heridas del ayer, me gritaban, ven amor.
Recordaba tu fragancia y tus labios carmesí
aquellas miradas tiernas y los versos que te di.
Fue un impacto tu llegada, robaste mi inspiración
y por obra del destino, ten entregué mi corazón.
Ha pasado tanto tiempo, no te me has dejado ver
si te canto hoy no es un ruego, son las huellas del ayer.
Porque desde que te fuiste, no ha vuelto a brillar el sol
y si algo de amor persiste, no me llores por favor.
¿Qué ocurrió con el pasado y la guitarra que te di?
quizás la hayas regalado, pues te recordaba a mí.
Y aunque ya no estás conmigo, mis huellas perdurarán
hoy serás tú de mi amigo, y yo sigo en la soledad.
Nuestra relación fue hermosa, por eso quise plasmar
tu mirada encantadora y tu sonrisa de cristal.
No quiero hacerte más daño, del que tú me hiciste a mí
fue una época preciosa, la que viví junto a ti.
Es por eso que hoy te canto con la misma voz de ayer
quiero despertar la dicha, que sembraste en mi querer.
Las palabras que hoy te digo, perderán absolución
cuando exprese como un niño: ´no quiero vivir sin tu amor´.
Mas si algún día te acuerdas de este errante Trovador
desempolvarás la puerta que te abrió mi corazón.
Es inútil que te llore, sé que no has de regresar
ya no te enviaré más flores, pues no siempre lloverá...
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