Noticias de Champeta
La fusión de la batería, las guitarras eléctricas, el bajo, las congas y el sintetizador, dio como resultado un ritmo contagioso que conjuga todos los aires del Caribe y áfrica, al que denominaron “Champeta”.
“Este ritmo para alegrar el alma, nació en Cartagena como expresión de esa sangre africana que llevamos dentro y que forma parte de nuestra identidad, aunque muchos se nieguen a aceptarlo”, así define este género el vocalista de la agrupación Anne Swing, Viviano Torres, un palenquero con pelo rasta, tez morena y vestimenta bohemia, que suspira mientras habla de este ritmo al que considera la filosofía de su vida.
Anne Swing al igual que grupos como Son´Palenque, Kusima, entre otros, encontraron una plataforma para impulsar su música en el festival internacional de música del Caribe, realizado en 15 ocasiones en la ciudad, y que convocó agrupaciones de algunas islas caribeñas y África.
Desde 1982, la champeta compartió la tarima con las agrupaciones internacionales que venían al festival, y que exponían géneros como el soukous de África, el reggae de Jamaica, el Calipso de Trinidad y Tobago y el compas de Haití; ritmos que al pasar de los años fueron agregando elementos al incipiente ritmo de la champeta, haciéndola cada vez más rica y popular.
Palenque, tierra de afrodesendientes, hijos de los hijos de esclavos que en el pasado tiraron sus cadenas para sentirse libres del yugo español, es hoy la cuna de los primeros exponentes de este género, Viviano Torres, Luis Tower, Melchor Pérez y Charles King, alzaron sus voces desafiantes para expresar su sentimiento de libertad, y le regalaron la champeta al mundo.
Si bien es cierto que el festival de música del Caribe consolidó este ritmo y le dio nombre propio, quien lo dio a conocer entre la clase popular de Cartagena fue el pick up de “El Rey de Rocha”, o la “la discoteca de los pobres”, como lo llama Viviano, una máquina de sonido que ha hecho vibrar a miles de cartageneros con este ritmo que llevan a flor de piel.
Decenas de personas bailando al ritmo de la música, pases sensuales y sugestivos que de seguro han sido la causa de la llegada de más de un niño al mundo, hacen parte del ambiente que se vive en las casetas, un espacio que sin duda constituye una expresión de la cultura Caribe, y en especial de la cartagenera.
Aunque en sus inicios este género sólo fue acogido por los sectores populares de la ciudad, con el pasar de los años y el apoyo que le dieron las emisoras tropicales; la champeta se puso de moda y hasta la clase alta de la sociedad cartagenera se dejo de estiramientos y bailó al ritmo de temas como Paola y la mujer del policía.
Nuevas generaciones de champetudos han recibido la herencia de sus primeros exponentes, y gracias a la gran aceptación por el ritmo en el año 2001 una empresa disquera mundialmente reconocida como la SONY Music, grabó un disco con temas del Sayayin, Mr Black y El Afinaito; “La Champeta se Tomó a Colombia” fue el título de la producción, y definitivamente lo había hecho, convirtiendo este en un hecho sin precedentes que marcó un antes y un después para este género.
La champeta desde que surgió hasta nuestros días ha sido tachada por ciertos sectores de la sociedad. Viviano Torres, quien se declara un eterno defensor del género, expresa su sentimiento de inconformismo para con los que quieren minimizarlo, y excluirlo de las manifestaciones culturales de la sociedad cartagenera.
Para Viviano esta música lo que ha hecho es rescatar valores importantes de la cultura Caribe y de manera popular ha venido haciendo un aporte importante a la sociedad, “muchos jóvenes que venían muy mal, han encontrado en la champeta una forma de mostrarse y de demostrar que tienen condiciones para vivir en la sociedad”.
Siempre se habla que este género hace apología la violencia, y que la champeta es para bandidos, drogadictos, prostitutas o simplemente para gente corroncha o con mal gusto; para Viviano Champetudo sencillamente es la persona que le gusta la champeta, que la siente en la sangre y que expresa ese sentimiento. “La música es para construir, no para destruir, es un medio de comunicación que todos debemos escuchar y entender”.
Para los años 2005 y 2006 la champeta fue desplazada de las cadenas radiales tropicales por el reggaetón, decenas de artistas internacionales de este género, se tomaron los primeros lugares en los tops realizados por las emisoras, y pusieron a cantar sin mayor complicación letras vulgares y sugestivas a las audiencias, caso que a la champeta le costó mucho trabajo conseguir.
El fenómeno del reggaetón fue un experimento radial, que en su momento dio resultado, así lo cataloga Mincho Paternina, sin embargo, tarde o temprano la gente termina volviendo a lo suyo y la champeta en el 2007 regresó a la programación de las emisoras, por solicitud de la audiencia, y según los sondeos realizados en la ciudad, los oyentes se saturaron del reggaetón y reclamaron nuevamente el género que nació en sus tierras.
En Cartagena ya se extrañaba montarse a un bus y no escuchar una champeta, o encender la radio y que no sonara una; nuevos temas se están apoderando de las fiestas de los cartageneros, y si no me creen, pregúntele al cantante Michel, quien últimamente ha estado llorando mucho por una “Rajita”, o a Alvaro el Barbaro que está como “Amañaito” en las emisoras locales, y ni que decir del Papo Man, quien ahora se hace llamar “El Capo de los pobres” o al famoso Mr Black que grita por segunda vez “Soy Champetuo ”.
Lo cierto es que la champeta regresó a las pistas de baile cartageneras y parece que para quedarse, este compendio aires del Caribe con influencia africana, ha puesto a bailar nuevamente a todos los estratos de la heroica, definitivamente hay que apoyar este género que ha luchando permanentemente por el reconocimiento en la ciudad, para que un día ojalá no muy lejano, se pueda exportar como un producto de calidad, de Cartagena para el mundo.
Usamos cookies. Leer más