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Noticias de David Broza

Bio

David Broza (hebreo, דָּוִד בְּרוֹזָה)(Haifa, 4 de septiembre de 1955) cantautor israelí de gran éxito en su país natal.

Su abuelo, Wellsley Aron, fundó el asentamiento árabe-israelí de Nevé Shalom (hebreo, «oasis de paz») y el movimiento juvenil Habonim.

Hijo de un hombre de negocios británico y una cantante folk se crió entre Inglaterra y España; de pequeño quiso ser artista gráfico y con 17 años, vendía cuadros en el Rastro de Madrid. Pero tras el servicio militar israelí, empezó a tocar en cafés y acabó grabando un disco. Tiene tres hijos y reside entre Israel y New Jersey.

Su debut en Estados Unidos “Away From Home” fue aclamado por el New York Times. También ha tenido éxito en Europa, su canción Raquel, sirvió como cabecera de una serie de TVE y su álbum, “Isla Mujeres”, se editó en España y muchos otros países donde hizo gira, su último álbum,"Todo o Nada", también se ha editado en castellano.

Como activista, está metido en varias misiones humanitarias y ha sido embajador de buena voluntad de UNICEF. Su canción “Together” (coescrita con Ramsey McLean) fue seleccionada para la celebración del 50 aniversario de UNICEF. Ha hecho una gira por Oriente Medio con el músico jordano Hani Naser para promover la paz a través de la música.

http://es.wikipedia.org/wiki/David_Broza

DAVID BROZA, uno y trino

por Santiago Alcanda

En Israel una de cada tres familias tiene al menos un disco de los quince que David Broza ha publicado en su tierra, desde los primeros con afán rocanrolero, pasando por sus aventuras de grabaciones infantiles hasta los grandes discos de cantautor y guitarrista maduro y contundente, con versiones en hebreo de canciones de sus admirados artistas y poetas españoles: Paco Ibáñez, Serrat, Manzanita, Goytisolo, etc.

El Broza americano, en su segundo capítulo, el profesor de Literatura, el alma errante de Nueva Jersey, es otro cantar. En 1989 grabó Away from home, una joya que mereció el halago del New York Times como “uno de los mejores álbumes pop del año”. Desde Saul Below a Charles Bukowski o Leon Tolstoi o sus amigos Jonathan Geffen, Matthew Graham o Peter Hillmerman, la literatura llena vida y carrera de Broza. Y esa vena de Paul Simon, James Taylor, John Lennon, Neil Young, Stephen Stills, John Prine, Bob Dylan incluso de Sting, y, sobre todo, Tom Waits se percibe en sus canciones anglosajonas salpicadas por ese fuego explosivo que caracteriza la forma de interpretar y de golpear la guitarra de Broza.

El muy judío lo absorbe todo: Miles Davis, John Coltrane, Sonny Rollins, Caetano Veloso, incluso los franceses Air. Y todo lo vomita. La rabia que catapultó a un joven eterno llamado Jimi Hendrix parece perseguir al Broza cuarentón que conserva una energía insólita, sorprendente. Cualquier recital suyo parece una explosión continua de voz corajuda y acordes asesinos. Se le sale el corazón y sus ojos en blanco nos aseguran que ha entrado en estado de gracia paranormal. Y cuando se acuerda de enternecerse y suspira una balada en arpegios es el corazón del oyente el que se encoge, primero, y se acelera después.

David Broza, israelí de Haifa, creció en Inglaterra y en España. Niño, adolescente y joven inconformista en Madrid abandonó los últimos días del franquismo para cumplir el servicio militar en su patria. Llevó consigo pinceles, óleo, acuarelas y su guitarra. David germinó su personaje en el escenario precisamente en la mili. Cuando volvió en 1995, con Time of trains, otro disco americano, David se encontró con una España distinta, abierta, más plural y rica. Su penúltimo contacto con el mundo ibérico había consistido en una canción para el álbum Poetas en Nueva York, de 1986, junto a Leonard Cohen, Víctor Manuel, Angelo Branduardi, George Moustaki, Donovan, Patxi Andion o Lluis Llach.

El David de los noventa en España buscaba su árbol genealógico – Brozas, pueblo extremeño - a sus ídolos españoles, a Ibáñez, a Serrat, a Manzanita, con los que logró cantar. Y David se topó con nuevos maestros. Javier Ruibal, Jorge Drexler y Alejo Stivel le han ayudado a crear el Broza español, ese Broza que disfruta con su guitarra M.Contreras bajo las influencias de Paco de Lucía para rumbear, tanguear y, quizá, quién sabe si algún día, componer por bulerías. El reencuentro del artista israelí con la cultura, con el espíritu español, coincidió con un accidente en coche que truncó una gira estadounidense óptima para lanzarlo definitivamente en aquel país con la difusión paralela de una recopilación, The long road, que nunca vio la luz. “Joaquín Rodrigo me llega más que Mozart, Haendel o Schubert. Es mediterráneo, tiene un sentimiento común”.

Broza prepara a largo plazo una obra magna de doce suites que repasen su obra. César Vallejo, Lorca, Vicente Alexandre, Cervantes, le acompañan en sus visiones panibéricas. Isla Mujeres, según una canción magistral de Ruibal, titula el primer álbum en español de Broza, un mosaico de imágenes viajeras y fantásticas con mujeres perdidas y sentimientos encontrados -¿o viceversa? – donde Joaquín Sabina, Drexler, Pedro Guerra… colaboran con textos ad hoc. Carmela, Teresiña, Silencio en el contestador, Raquel, el tema de la serie televisiva “Raquel busca su sitio”, En tu boca, Agua de mis ojos, son melodías deliciosas que enganchan poquito a poco interpretados con una voz cariñosa, sugerente, profunda, que acaricia y persigue.

Hebreo, español, estadounidense… Broza, universal, Broza, amoroso, Broza, músico, sigue con nosotros. Pronto nos regalará una preciosa balada sureña, El hijo de las nubes de la película Padre Coraje, la nueva de Benito Zambrano, director de Solas. La música suya, la letra de Javier Ruibal. Otra joyita. Y, al mismo tiempo, Isla mujeres se va a publicar en sus otras dos versiones: inglesa y hebrea.

http://elmundo.es/encuentros_digitales/broza.html

Discografía

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