La Parranda Magna

En febrero del 2001, cinco jóvenes músicos que residían en el sur de la Ciudad de México, comenzaron a ensayar arduamente en los arreglos de sus composiciones originales.
Ya había un año de trabajo en conjunto, pues durante este lapso formaron parte de otra agrupación de cuyo nombre no quiero acordarme.
Su debut fue el 8 de marzo del mismo año en la Facultad de Química d e la UNAM, lugar donde presentaron a su proyecto con el nombre de La Parranda Magna; y ejecutaron allí tan sólo cinco canciones originales .
La alineación primera del grupo era: Alejandro Flores "Makareno", saxos alto y tenor; Diego Trejo "Don", guitarra y voz; David Gutiérrez "Kometín", bajo y voz; Eric Huerta "Rojo", teclado y acordeón; y del nombre del otro integrante que tocaba la batería tampoco quiero acordarme.
Durante todo el 2001 siguieron presentándose en muchos y diversos foros y escenarios de la Ciudad de México y sus alrededores. Llegaron a tocar desde antros bastante pequeños y subterráneos hasta conciertos masivos en plazas de renombre junto a los grupos punteros del ska nacional .
A fines del mismo año entraron a un estudio para grabar un demo (el cual sería después la primera producción discográfica) para tratar de trascender su propuesta. Y a principios de 2002, salió a la luz La última y nos vamos, el disco primero de La Parranda Magna bajo el sello de Rilo´s Disco .
Esta producción lleva como un sello las temáticas que el grupo maneja hasta el momento: el amor y desamor expuestos en líricas que van desde lo informal y divertido hasta el manejo del lenguaje en forma poética; las vivencias transcritas en letras chuscas e imaginativas que amalgaman la frescura, la diversión, las fiestas y la vida misma de la juventud; y el manifiesto de la inconformidad que viven los mexicanos contra el sistema actual, ya sea histórico o anecdóticamente.
Entre conciertos y grabaciones, se anexaron a la alineación dos elementos más: Enrique Calderón "Magadán", trompeta y coros; y Aldo Gutiérrez "Pericles", percusiones y coros.
Con la incorporación al mercado de La última y nos vamos, llega un ascenso en el grupo; el momento en que el público joven citadino adquiere el disco de La Parranda Magna y se manifiesta seguidor del mismo, véase en el incremento de su auditorio, el coreo de sus canciones en los conciertos o en las ostentosas entradas de los mismos, ya sea como grupo estelar o único.
Y el recorrido por el estrecho sendero seguía. A mediados del 2002, los siete jóvenes que conformaban a La Parranda Magna siguieron tocando aquí y allá, ahora se presentaban en el interior de la República , y llegaron a tocar junto a grupos de talla internacional .
Hubo diferencias y problemas con Rilo´s Disco, y el grupo decidió ya no trabajar con dicha compañía. Ahora habían firmado con Baquita Records, donde grabarían un segundo material discográfico titulado La kruda realidad, que contenía otros temas nuevos ; pero sólo salió a la venta un tiraje de quinientos ejemplares vendido el 2 de octubre de 2003 en un concierto masivo. Dicha compañía y La Parranda Magna convinieron en dejar de trabajar juntos debido a problemas circunstanciales.
A principios del 2004, entra Pavel Díaz "Snorkel" tomando el lugar del ex baterista.
Actualmente, el grupo ha firmado con Discos Denver en su ramo de ska "Skaparate", y planean entrar al estudio para realizar su tercera grabación, que sería su segunda producción discográfica, la cual contendrá seis temas nuevos y una pequeña selección de canciones de La kruda realidad.
Con dicha compañía han aparecido en el Homenaje Maldito, acoplado tributo a La Maldita Vecindad, donde participaron más de 15 grupos de ska dentro de los cuales se encuentran los punteros de carteles; y Skaparate Fest, en el que participan grupos de Discos Denver.

En octubre del 2005 sale a la venta la tercera producción de la parranda magna titulado nunca nos compusimos este último teniendo una gran aceptación con el público. En el 2006 aparecen en otro acoplado titulado Skalando juntos donde participaron con otros grupos de la escena ska en México.

Mientras escribo esta reseña histórica de La Parranda Magna, ellos siguen tocando por muchas y distintas plazas del país; manifiestan seguir entregándose en cuerpo y alma a su arte, el cual conforma el vivir, el sentir y el pensar de la banda que va a sus conciertos…