Noticias de Los Llaneros de la Frontera
El más grande fenómeno discográfico de ventas en la historia de Chile lo protagoniza hasta hoy el dúo ranchero Los Llaneros de la Frontera, formado por dos hermanos críados en Maipo. Un millón y medio de discos vendidos es la cifra récord alcanzada en sus más de veinte años de asociación musical, que arrancó en mercados y ferias libres a comienzos de los años '70 y llegó a figurar en la revista estadounidense "Billboard" dos décadas más tarde.
Cultores del mismo ritmo de carácter "norteño" que han difundido también en nuestro país grupos como Los Hermanos Bustos o Los Reales del Valle, Los Llaneros de la Frontera (que, en diferentes etapas, también han sido Los Llaneros y Los Llaneros de San Bernardo) confirman el arraigado interés de los chilenos por la música mexicana. El dúo mantiene una actividad intensa, que incluye la regular grabación de discos y una copada agenda de presentaciones en vivo.
Infancia campestre
Hijos del campesino y folclorista Carlos Huerta, los hermanos Carlos (n. 1951) y Luis Huerta (n. 1956) crecieron en el rural pueblo de Maipo, a cinco kilómetros de Buin; y se educaron entre trabajos típicamente campesinos, en cosecha, sembradíos y limpieza de canales. Recordaban en una entrevista con el sitio "La Música", de EMOL, que entonces "Maipo era un pueblo rural, y todavía le queda mucho de rural. Vivíamos en unas parcelas, y lo único que se escuchaba eran las radios que transmitían música ranchera. Se escuchaba México todos los días: Antonio Aguilar, Miguel Aceves Mejía, la Guadalupe del Carmen, que fue una de las artistas rancheras famosas chilenas. De ahí partió el conocimiento y el gusto por la música ranchera".
A comienzos de los años '70 recibieron de regalo un acordeón, y resolvieron salir a ganarse la vida cantando en centros públicos capitalinos, como La Vega Central, la Pérgola de las Flores y las micros; no sin dificultades económicas. A diferencia de muchos grupos del género, Los Llaneros se definieron como un "dúo solista": sólo Carlos canta, mientras Luis acompaña con la guitarra.
Durante más de quince años trabajaron con gran esfuerzo en los circuitos callejeros, hasta que en la primera mitad de los años '80 llegaron al restaurante "Valparaíso", en San Bernardo. Allí su oficio musical se hizo más regular y, además, se rebautizaron como Los Llaneros de San Bernardo. Fue entonces cuando un ejecutivo de EMI-Chile, Carlos González (también descubridor de Willy Sabor y primer asesor de los legendarios Los Hijos de Putre), los vio cantar, y generó los contactos necesarios para que grabaran su primer disco.
El nombre del dúo, sin embargo, debió ser cambiado; precaución lógica ante su posible penetración en el mercado argentino. Por mutuo acuerdo con la compañía, los hermanos Huerta adoptaron entonces el nombre Los Llaneros de la Frontera, precisamente por la figura de que su trabajo se situaría justo entre ambos países. De esa manera, y con el tema "Los huérfanos del riel" como carta de presentación, debutaron con el disco México en el corazón (1986).
El dúo comenzó lentamente a abrirse espacios en los circuitos de la música ranchera a lo largo de Chile. La buena distribución de una compañía discográfica de la envergadura de EMI, la calidad de sus registros y lo económico de su factura le permitió continuar con sus grabaciones, a razón de casi una por año; cada una seguida por giras nacionales producidas por la misma disquera.
El fenómeno
Pero fue a comienzos de los años 90 cuando el fenómeno de los Llaneros realmente explotó y el grupo se puso por encima de los cientos de dúos rancheros que existen en Chile. El disco De padre desconocido (1993) incluyó dos temas que hasta hoy son clásicos del género ranchero en Chile: "Ni por mil puñados de oro" (de Antonio Aguilar), que trata sobre la muerte de una madre; y "Dos monedas" (de Jesús Morales), que cuenta la muerte de un niño por culpa de un padre alcohólico. Ambas canciones fueron furor en el medio ranchero y llevaron al dúo de Maipo a vender más de 150 mil copias de ese disco en menos de un año.
Tras ese hito, la fórmula de Los Llaneros de la Frontera se hizo sinónimo de súperventas. Sus letras llenas de historias simples de amor, soledad, tragedia y pobreza —siempre sobre los bailables ritmos del corrido y la cumbia—, nunca más dejaron de penetrar en los amplios circuitos de la música mexicana hecha en Chile. Sus discos anteriores se siguieron vendiendo, en una tendencia que se mantiene hasta hoy con cada uno de los álbumes que han editado. Sus publicaciones se distinguen por incluir sólo temas nuevos, ya sea recopilados del cancionero mexicano o compuestos especialmente para ellos por autores contratados o por el guitarrista Luis Huerta.
Gracias Chile (grabado en agradecimiento al público); En la cima (que incluye la participación de Joe Vasconcellos); y Grandes éxitos en vivo, su primera revisión musical editada incluso en DVD, son parte de la extensa discografía de Los Llaneros de la Frontera, quienes desde 1993 han figurado varias veces en las listas de ventas del ránking estadounidense de la revista "Billboard". Sus composiciones han ido acercándose también a los temas de debate nacional, como cuando en el álbum Prisionero de tus brazos (2005) incluyeron el tema "A los héroes de Antuco".
Con recorridos regulares a Argentina y un solo viaje a México, en el 2002 (el cual fue producido por un programa de televisión, aunque con el absurdo destino de Cancún), Los Llaneros tienen en el público chileno su principal audiencia. Ante él se presentan casi trescientas veces por año; sin saltarse Festival (a excepción del de Viña, al cual todavía no han sido invitados) ni fiesta popular (incluyendo ahí Cumbres Rancheras y Guachacas). Al mismo tiempo, el dúo ha acumulado una impresionante cantidad de discos de oro, platino e incluso diamante, y las ventas totales de su discografía bordean el millón 600 mil copias.
En el 2003 celebraron en la capitalina Estación Mapocho un nuevo aniversario junto a invitados como Zalo Reyes, Los Reales del Valle, Lupita Aguilar y Los Hermanos Bustos. Entre el público, convocaron a 25 jóvenes "bien bonitas, mononitas" y las hicieron desfilar cada una con un disco de platino u oro en la mano. Privilegios de súperventas.
Su presencia en los medios masivos, sin embargo, nunca ha sido muy regular, tal como pasa con todos los grupos de su género. Esa marginación ha tenido excepciones, como la popularidad alcanzada por María José Quintanilla en su primera etapa, o la presencia de Los Hermanos Bustos en el Festival de Viña del Mar 2005; pero está lejos de romperse. Pese a ello, y al constante reclamo que esa situación despierta en el dúo ("Los medios consideran esta música rasca y muy popular, pero la bailan ricos y pobres", aseguran), la actividad de Los Llaneros de la Frontera nunca se ha visto afectada, y es imposible negar el enorme arraigo del grupo en los sectores rurales y populares del público local.
El 2007 sufrieron su primera gran crisis, ante un conflicto entre los hermanos que determinó la salida del acordeonista Luis Huerta, tras 20 años en la banda. Su reemplazo por el hijo de Carlos, Claudio Huerta, la ampliación de la base de la banda y la firma de un nuevo contrato con EMI abre una nueva etapa en la vida de este grupo, cuya actividad en vivo, en cualquier caso, no ha cesado.
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