El 25 de septiembre de 1976, Paul McCartney y su banda Wings hicieron historia al ser la primera agrupación en tocar un concierto al aire libre en la icónica Plaza de San Marcos en Venecia. Este concierto benéfico fue parte de la campaña "World Week for Venice" organizada por la UNESCO, destinada a recaudar fondos para ayudar a la ciudad, que desde hace mucho tiempo enfrenta problemas relacionados con la erosión y las inundaciones.

El evento fue único no solo por el impresionante escenario que ofrecía la ciudad, sino también por la naturaleza del público asistente. A diferencia de los conciertos típicos de rock, la audiencia estuvo compuesta por una mezcla de locales y turistas, muchos de los cuales no eran fanáticos del rock, lo que dio al concierto un ambiente más tranquilo de lo esperado. Aún así, McCartney y Wings ofrecieron un espectáculo memorable, con un repertorio que incluyó éxitos como "Band on the Run", "Jet", y clásicos de los Beatles como "Lady Madonna" y "Blackbird".

Uno de los aspectos más sorprendentes del show fue el uso de efectos de láser que iluminaron la plaza y los edificios circundantes, creando un espectacular final cuando las luces formaron el logotipo de Wings en la Torre del Reloj. Este efecto visual fue uno de los momentos más comentados del evento.

Sin embargo, no todo fue perfecto. Se reportó que el equipo pesado utilizado para el concierto, incluidos los camiones y el escenario, causó daños en los adoquines históricos de la plaza, lo que generó críticas tanto locales como internacionales. A pesar de esto, el concierto se considera uno de los más icónicos de la carrera de McCartney post-Beatles.

Este concierto no solo dejó una huella en la ciudad, sino que también marcó el final de una etapa de la gira europea de Wings, cerrando tres noches más en el Empire Pool de Londres. Aunque algunos aspectos logísticos generaron controversia, la actuación de McCartney en uno de los lugares más emblemáticos del mundo sigue siendo un momento destacado en su carrera