Miércoles 15 de Enero de 2025

BIOGRAFÍAS

14 de enero de 2025

Enrique "Zurdo" Roizner: Una vida al ritmo de la batería

Enrique Luis Roizner, más conocido como el "Zurdo" Roizner, dejó una huella indeleble en la historia de la música argentina. Su talento como baterista y su versatilidad lo convirtieron en una figura fundamental en la evolución de diversos géneros, desde el folklore hasta el jazz, pasando por el rock y la música popular.

Primeros años: Un talento que comenzó con el pulso del barrio

Nacido el 14 de diciembre de 1939 en el barrio porteño de Flores, Enrique Roizner creció rodeado de música y de los sonidos cotidianos de una ciudad en ebullición cultural. Hijo de inmigrantes que llegaron a Argentina en busca de un futuro mejor, su hogar estaba impregnado de la música tradicional de Europa del Este, que más tarde sería una influencia temprana en su percepción del ritmo y la melodía.

Desde pequeño, Enrique mostró fascinación por los instrumentos de percusión. Según relatos familiares, a los cinco años ya experimentaba con latas y cacerolas, transformando los objetos cotidianos en una improvisada batería. Su habilidad innata para el ritmo y su curiosidad por los diferentes géneros lo llevaron a ser autodidacta hasta la adolescencia, cuando pudo asistir a clases formales con músicos reconocidos de la época.


Un camino hacia el profesionalismo

En los años 50, Enrique comenzó a destacarse como baterista en pequeñas agrupaciones de jazz y orquestas de tango. Fue en este periodo que adoptó el apodo de "Zurdo", debido a su habilidad para tocar con la mano izquierda y realizar patrones rítmicos complejos que parecían imposibles para otros bateristas. Su técnica era tan única que muchos músicos de la época lo describieron como un innovador, alguien que lograba transformar la base rítmica de cualquier canción en una experiencia emocionante.


Colaboraciones con leyendas del tango

Su verdadero salto a la fama ocurrió en los años 60, cuando fue convocado para formar parte de la orquesta de Astor Piazzolla, el genio revolucionario del tango. En las grabaciones con Piazzolla, el "Zurdo" Roizner rompió paradigmas al incluir patrones rítmicos modernos y técnicas de percusión que no eran comunes en el tango tradicional. Su colaboración en piezas como Adiós Nonino y Libertango marcó un antes y un después en el género, mostrando cómo la batería podía integrarse en un estilo musical históricamente dominado por bandoneones y violines.

Además de Piazzolla, Roizner trabajó con otras figuras emblemáticas del tango como Aníbal Troilo y Osvaldo Pugliese, adaptando su versatilidad para encajar en las distintas corrientes del género.


El folklore y el jazz: Ampliando horizontes

En los años 70, Roizner se consolidó como un baterista de referencia no solo en el tango, sino también en el folklore argentino y el jazz. Trabajó con Mercedes Sosa, aportando su estilo a canciones como Gracias a la Vida y Alfonsina y el Mar. Su batería enriqueció los arreglos de folklore, dotándolos de una profundidad rítmica que pocas veces se había escuchado antes.

En el jazz, Roizner se destacó por su capacidad de improvisación. Participó en sesiones de grabación con músicos internacionales que visitaban Argentina y se presentó en festivales que lo posicionaron como un referente del género en América Latina.


El rock nacional: El "Zurdo" en una nueva era

Con la llegada del rock nacional en los años 70 y 80, Roizner no tardó en sumarse a esta explosión cultural. Participó en grabaciones con bandas emergentes, aportando su experiencia y talento en un momento en que el rock argentino buscaba consolidarse como un movimiento auténtico. Su influencia fue clave en la transición de muchos músicos jóvenes, quienes lo reconocieron como un mentor.

Colaboró con artistas como Charly García, Luis Alberto Spinetta y Fito Páez, dejando su huella en álbumes que marcaron la historia del rock nacional. Su enfoque siempre fue el de elevar cada canción, adaptándose a los requerimientos de cada estilo sin perder su esencia.


Reconocimientos y su última etapa

En 2016, Enrique Roizner fue declarado "Personalidad Destacada de la Cultura" por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Este reconocimiento fue el broche de oro a una carrera que abarcó más de cinco décadas, durante las cuales no solo brilló como músico, sino también como maestro y difusor de la música argentina en el mundo.

Durante sus últimos años, el "Zurdo" dedicó su tiempo a impartir clases magistrales y a escribir sobre su experiencia en la música. Muchos de sus discípulos actuales lo reconocen como una figura clave en su formación.

El 14 de enero de 2024, Enrique Roizner falleció dejando un vacío inmenso en el mundo de la música. Sin embargo, su influencia y su contribución a la cultura argentina continúan vivas en cada compás que lleva su inconfundible sello.

Por Jorgelina Díaz.

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