Ayer maté a otro parodista,
robé todas sus coreografías
de envidia.
Me hablan las luces y me queman,
otro tablado espera.
¿Si está tan mal, tan mal
por qué no paro de bailar?
Con el ángel que me conseguí en otro bar,
sintiéndome un poco bien y un poco mal,
sintiéndome solo.
El barrio pinta otra escena,
le pido fuego y caen lentejuelas
al suelo.
Para dios Momo esta ofrenda,
otra parodia enferma.