Señor, ¡envíanos tu espíritu!
envíalo pronto, ¡Señor! (bis)
Para matar mi ira,
para entender la suerte,
para cambiar mi vida
y para amar tu muerte,
para servir de antorcha
a quien sin luz se muere
para servir de impulso
a quien se siente inerte.
Señor, ¡envíanos... (bis)
Para vivir amando
y en el dolor quererte
para romper mi barco
donde en mi me hago fuerte.
Para saber seguirte
en gozo y en tristeza
como lo hizo tu madre
¡que seamos como ella!
Señor, ¡envíanos... (bis)
Para matar mentiras
y beber de tu fuente
manantial de agua viva
y así ya no se miente.
Para quitar las dudas
en mis tardes sombrías
y acabar con mis miedos
y con mis cobardías
Señor, ¡envíanos... (bis)
Para ser puro y limpio
como la espuma y la nieve
para ser como un niño
que a ti nunca reprende.
Para saber de ti
para entender la cruz
para saber amar
como me amaste tú.
Señor, ¡envíanos... (bis)
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