Toma mi corazón, virgen y madre mía,
Te lo vengo a ofrecer hoy postrado a tus pies
No rechaces mi don, dulce Reina del cielo
Del mundano placer, líbralo por favor.
Ponlo cerca de ti, lejos del enemigo,
Purifícalo tú con tu fuego de amor.
Hazlo llegar así, puesto que estoy contigo,
Encendido en fervor, hasta el trono de Dios
Sé que piensas en mí con inmenso cariño,
Que me cuidas también, con amor maternal,
Débil soy en verdad, cual el mas tierno niño
Siempre expuesto a fallar, victima de maldad.
No me dejes jamás, por piedad madre mía,
Por la senda del bien guíame sin cesar.
Que la fe y el amor y la santa esperanza,
Me permitan llegar hasta Dios, mi Señor,
Te quisiera ofrecer las mas ricas ofrendas,
Más soy pobre en verdad, soy un vil pecador
Mi alma, mi corazón son las únicas prendas
Que con sinceridad hoy te vengo a entregar
No rechaces el don de tu siervo y tu hijo
Que confía en la bondad de tu gran corazón.
No me dejes jamás en mi hora postrera,
No te apartes de mí llévame hasta el Señor.
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