A tantos años y un día
condené a vagar a mi alma
-
por lo más triste de mi,
a una mazmorra sombría
-sus4-
sin ilusión ni esperanza.
Entre sólidos barrotes
escapan gritos de lamento
que dicen que no volverás
y me recuerdan que jamás
gozaré de tu regreso.
A tantos años y un día
me condené a tu soledad,
a días envuelto en gris,
a lágrimas que llevan tu nombre,
a una vida entera sin ti.
Y ahora pido remisión.
Que actúes como juez en esta historia.
Que revises mi caso, y hagas de mi condena
--
un reducto de la memoria.
A tantos años y un día
condené a negar a mi historia
tras muros de falsedad,
de negar a la evidencia,
de apuntarme otra derrota.
Enterramos al pasado
con montañas de futuro
que acabaron por caer
sepultando a lo presente
tras un velo muy oscuro.
A tantos años y un día
me condenaste a morir,
me diste un veneno letal,
la sustancia más mortal,
que es estar lejos de ti.
Y ahora muero por tu amor,
me ahogo en las horas en que estás lejos.
Añoro tu presencia y detesto tu ausencia.
Destruyamos tu destierro.
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