La ansiedad por verla a ella,
no la pudo manejar
y corrió sin darse cuenta,
ni su sombra quedó atrás.
Lo quebraron en Tolosa,
por querer ir a buscar
a sus dos pequeños hijos,
a los que él nunca iba a olvidar.
Lo noté muy angustiado,
como quién no quiere vivir más,
Le rezó un poco a los santos
y me habló de Sol,
su otra mitad.
Me entregó una carta en mano
sin saber de mi libertad,
entre pinchas y triperos
con quién también ibamos a ranchar.
Esta cama de cemento que me hiela el alma no asusta
pero cuanto daría por estar con vos
mi dulce Sol de nuevo, oh oh
Y esta cama de cemento que me hiela la sangre no asusta
pero cuanto daría por estar con vos
mi eterna Sol otra vez...
Lo encontré muy angustiado
como quién no quiere vivir más,
le rezó un poco a su gaucho
y me habló de sol
su otra mitad...
Me entregó una carta en mano
sin saber de mi libertad,
entre pinchas y triperos
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