Me fui con la luna llena
camino abajo hacia la marea
dejándome llevar por esa
brisa que viene de las palmeras.
La música de una guitarra
con su lamento corrió en mis venas
y con mi corazón sangrando
escribí tu nombre sobre la arena.
Y bailé contigo me imaginé
tocando tu desnudez
descubriendo el punto más alto
escuchando tu llanto.
Y lloré de pena cuanto lloré
si solo yo me quedé
bailando en la arena.
Ay que mala fortuna
si yo se que en mi vida
mujer como tu no hay ninguna.
Ay que mala fortuna
si hasta ayer fuimos por nuestro amor
los dueños de la luna
ay, los dueños de la luna.
Desperté por la mañana
desorientado y de mala gana
la música de esa guitarra
con su lamento me saludaba.