Querer decir tu nombre y decir ausencia,
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querer decir te quiero y no tener voz,
haber reconocido que tu presencia
le dio a mis días otra apariencia
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y dio a mis manos noches de amor
con qué llenar tu cuerpo en las madrugadas
de horas vividas y horas cansadas
en un intento de no ser dos.
Y ahora que te has ido mi cama es grande
-
las sábanas son frías y hasta el reloj
dejó de dar la hora desde el instante
que aquellos besos tan jadeantes
-
no se oyen por la habitación.
Por eso que mis manos se han vuelto garras
y han atrapado una guitarra
y te han escrito esta canción.
Por eso que mis manos se han vuelto garras
y han atrapado una guitarra
y te han escrito esta canción.
Julio Andreu Fernández
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