Las vendas de la cultura
a veces no dejan observar
que mis alas no solamente tenían colores,
sino que se hicieron para volar.
En tu oscuridad hice mi cueva,
incluso quise que fuese mi hogar,
no dejaste puertas ni ventanas,
apenas se podía respirar.
Pero a veces el silencio
nos da algo de lucidez,
nos deja ver lo más oscuro
de una oscura forma de querer.
Que nadie apague tu luz
y no dejes de brillar,
que nadie corte las alas
de quién decide volar.
Que nadie haga algo de ti
que tú no quieras ser,
y que allí donde no te quisieron
no quieras volver.
Pero a veces el silencio
nos da algo de lucidez,
nos deja ver lo más oscuro
de una oscura forma de querer.
Que nadie apague tu luz
y no dejes de brillar,
que nadie corte las alas
de quién decide volar.
Que nadie haga algo de ti
que tú no quieras ser,
y que allí donde no te quisieron
no quieras volver.