(canción)
INTRODUCCIÓN: - - - - A
Hablado:
Qué callada se queda, inútilmente,
canción hora del crepúsculo.
Qué vacía de voces inocentes
cerradita y fugaz, como un capullo.
Na nana nana nana
Cuando caen las sombras, sin apuro,
sobre todos los claros, y anochece
Con mordaza y candados desvanece,
impotente de broncas y de absurdos.
De la patria ya no habla porque duele
y se traga los miedos tras los muros,
una máscara negra la enceguece,
no se puede cantar desde lo oscuro.
Na nana nana nana
Aterida en secreto se revuelve
cuando debe tratar ciertos asuntos,
no se aguanta el olvido que, insistente,
deja solos a tantos en el mundo.
Cada nota que calla por doliente,
medio lenta dejándome al desnudo
los amores pequeños que, indigentes,
piden más y no tengo más, lo juro.
Na nana nana nana
Pero sin avisarme, de repente,
ella vuelve a cantar adentro suyo,
no me deja llorar ni detenerme,
se insolenta y se crespa como un puño
Y empujando furiosa y sin reveses,
se levanta y revienta su capullo,
desde el fondo de mí, tozudamente,
mi canción, como un hijo, sale al mundo
Na nana nana nana
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