Y la cruz que otra rompió
ella la lleva en su piel.
Nunca quería dejarme ir,
los huesos secos y yo ahí.
Todo tan serio y formal,
así engañó a todo el plantel.
Y me enrosqué y me vendí,
y menos mal que estuve ahí.
En el vidrio empañado
las luces son dientes de león.
Su nombre escrito con el dedo
con que una vez me señaló.
La laguna en redondel
y todo lo que se extravió.
"Por favor" pide al Señor
y ojalá que se lo dé.
En el vidrio empañado
las luces son dientes de león.
Su nombre escrito con el dedo
con que una vez se persignó.
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