INTRO:
Miento si le digo a usted que puedo
Recordarlo con integridad
Y es que se me viene el sentimiento
Tiempo que nunca ha quedado atrás.
Esa congruencia de su vida
En cada clase, cada día
Y la seguridad con que podías hablar
Suelo recordar.
Cada vez que yo digo maestro,
Suelo recordar una vez más,
Que hasta en el juego iba aprendiendo:
No había que presumir, sólo sentir felicidad.
Si algunas veces me sentí solo,
O en un rincón lloré de dolor,
No fueron palabras las que me ayudaron,
Fue sólo tu ejemplo y tu corazón.
Dar la vida, día con día,
Y llenar el corazón,
De tantos triunfos y derrotas
que se hacen vida en el salón.
Y entre risas y discursos,
Travesuras y un acordeón.
Siempre te hiciste presente
Y nos diste lo mejor.
Y si te digo que no miento,
Que yo nunca pude ver a Dios,
Pero lo sentía en tus palabras
Que Él solo habitaba tu corazón.
Grande en la ciencia comprensiva,
Y doctorado en escuchar,
Me enseñaste a buscar, a luchar por la verdad.
Y si el cansancio se hacía tu dueño
O si la enfermedad vivía en tu interior,
Yo sé que nunca te dabas por vencido
Te mueve el trabajo y te mueve el amor.
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