The United States of America

The United States of America

Bio

La historia fugaz de los United States of America tiene algo de sintomático de aquellos tiempos, de la gloriosa locura que había poseído a la industria; incluso a empresas tan sospechosas de conservadurismo como Columbia, que animada por el éxito de artistas a contracorriente y arriesgados como Byrds, Bob Dylan, Spirit, y un largo etcétera, entró en un periodo de fichajes alocados, de apuestas de riesgo. No todas rindieron frutos comerciales, pero juntas dibujan un catálogo lleno de tesoros como éste. Formados en 1967 alrededor del fatuo Joseph Byrd, cruelmente retratado por él mismo en las notas interiores como un tío insoportable, y por entonces un compositor introducido en los circuitos académicos y del Avant Garde y música contemporánea de Nueva York y de su antigua pareja sentimental Dorothy Moskowitz, trasladados a Los Angeles, y reunidos de nuevo con la sospechosa intención de formar un proyecto de rock.

Así, la formación de los United States Of America resultaba una conjunción de flores transplantadas del invernadero vanguardista a la selva pop sin mayor conocimiento de causa, imbuidos siempre de un cierto esnobismo. Acompañados por Gordon Marron al violín electrificado, Rand Forbes al bajo y Graig Woodson a las percusiones, con Byrd asumiendo los teclados y Moskowitz entonando en una cercanía evidente con Grace Slick de Jefferson Airplane, sin verdaderos conocimientos de música rock, y aplicando sus artes adquiridas en otros terrenos, el inestable conjunto consiguió un insospechado contrato con Columbia y construyó asistidos por el productor David Rubinson una obra maestra de la psicodelia. El disco no recibió el apoyo necesario de la discográfica, tal vez por las previsibles veleidades comunistas de Byrd, y la formación se rompió. Finalmente Moskowitz, que pretendía una dirección más comercial, fracasó en su intento de construir una banda más convencional bajo su dirección y bajo el mismo nombre, cuyos apreciables frutos aparecen recogidos también aquí.

El único disco finalmente publicado ha permanecido desde entonces como una referencia de culto, y sin duda lo ha merecido. Tejiendo una disonante red, “The American Metaphysical Circus”, con un ritmo quebradizo y ralentizado da el primer aviso: “Si el precio es justo/ el coste de una ignición es tu mente”, anunciando el festín psicodélico que pretende ser. El sonido de los USA resulta aún hoy extraño, característico a más no poder, con esa carencia de lo más tópico del rock, la guitarra eléctrica, adornado en su lugar con un peculiar violín tratado con un modulador pionero en la época y repleto de teclados y sintetizadores de nuevo cuño, atronando por momentos y en otros asumiendo la forma de nube psicotrópica y estupefaciente. Una idiosincrasia particular que se convierte en la fuente de su capacidad de seducción. Los ejercicios de estilo de Byrd para intentar componer canciones pop, culmina con una mayoría de aciertos, en un disco excelente y especial, y que hubiera resultado mejor incluso con una selección más juiciosa del material disponible si atendemos a los bonus tracks, que, esta vez sí, mejoran, amplían y redondean el álbum original.

Discografía