Noticias de Cartola
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Angenor de Oliveira, más conocido como Cartola, nació en 1908 en la ciudad del Río de Janeiro. Era el primogénito de ocho hijos. Nacido en el barrio carioca del Catete, cuando tenía ocho años, los Oliveira se cambiaron para los Naranjos, donde él se hizo fanático del equipo del barrio, el Fluminense. Allá en los Naranjos, entró en contacto con los grupos carnavalescos Unión de la Alianza y Erizados - en este último tocaba el cavaquinho (un instrumento musical que le había sido dado por el padre cuando tenía solamente 8 o 9 años de edad) y en los desfiles del Día de Reyes, en que sus hermanas salían en grupos de "pastorinhas", en esas celebraciones religiosas. Estaba tan entusiasmado por el Erizados que al participar, más tarde, de la fundación de la escuela de samba Estación Primera de Mangueira, sugirió que los colores de aquel grupo - el verde y el rosa - fueran las mismas de la naciente agremiación, que sería un símbolo de los más reverenciados en el mundo del samba. En 1919, movidos por dificultades financieras, la familia se mudó para el morro de la Mangueira, entonces una pequeña y naciente favela con menos de cincuenta barracas. Luego, conocería y se haría amigo de otro habitante de la Mangueira, Carlos Cachaça, seis años mayor que Cartola, y que sería, además de amigo por toda la vida, su compañero más constante en decenas de sambas. Cuando tenía 15 años, abandonó los estudios (había concluido sólo el cuarto grado primario) para trabajar, al tiempo que se inclinaba para la vida bohemia. En la adolescencia, trabajó como aprendiz de tipógrafo, pero inmediatamente se transformó en albañil. Fue mientras trabajaba en las obras de construcción, que se ganaría el apelativo con que se haría reconocido como uno de los grandes nombres de la música popular brasileña. Para que el cemento no le cayera sobre el pelo, resolvió tapárselo con lo que los compañeros decían que parecía una cartulina, y así, comenzó a ser llamado "Cartola". En 1940, Cartola fue invitado por el maestro y erudito compositor Heitor Villa-Lobos, su admirador, a formar un grupo de sambistas - entre ellos, Donga, Pixinguinha y João de la Baiana - para hacer algunas grabaciones de música popular brasileña para otro maestro mundialmente famoso, el norteamericano Leopold Stokowski (que recorría América Latina recogiendo músicas nativas), realizadas a bordo del navío Uruguay. En los años siguientes, Cartola participó poco en el escenario musical. Para empeorar, contrajo meningitis, quedando tres días en estado de coma y un año andando en muletas. Con vergüenza por su condición de enfermo, acabó cambiándose para Nilópolis. Fue cuidado por Deolinda, pero poco después asistió a la muerte de la mujer, víctima de un ataque cardíaco. Con la muerte de Deolinda, dejó el Morro de la Mangueira. Por un periodo de cerca de siete años, anduvo desaparecido de sus conocidos. Fuera del ambiente musical, muchos pensaban hasta que hubiera muerto, y se llegó a componer sambas en su homenaje. En 1948, la Mangueira se consagró campeona del carnaval de Río de Janeiro con su samba-enredo "Valle del San Francisco". Cartola vivía un periodo difícil en su vida. Sin la atención de Deolinda y el prestigio en el morro de la Mangueira, el sambista vivía en una favela en el barrio del Caju, con una mujer llamada Donária. Cartola consiguió trabajos modestos, como lo de lavador de coches y vigila de edificios. Pero la entrada en escena de una nueva - y definitiva - mujer en su vida, alteró su destino. Cuando Eusébia Silva del Nacimiento, más conocida como Zica, lo encontró, el sambista estaba en un estado lastimoso, entregado a la bebida, desdentado y apenas sobreviviendo. A pesar de eso, Zica, una antigua admiradora de Cartola, se enamoró de él, conquistándolo. Zica volvió al morro de la Mangueira, donde la pareja se instaló en una casa en la subida del morro, cerca de la manzana de la escuela de samba y próximo a la casa de Carlos Cachaça y Niña (hermana de Zica). Con Zica, Cartola viviría hasta el fin de sus días, sin, sin embargo, dejar hijos. En 1957, Cartola trabajaba como vigilador y lavador de los coches de los habitantes de un edificio en Ipanema. En esa función, fue identificado en una madrugada por el periodista Sérgio Oporto. Al ver el compositor flaco y malvestido, con ropa mojada, decidió ayudarlo, comenzando por divulgar el redescubrimiento que había hecho del sambista. A aquella altura, Cartola era dado como desaparecido, o aún muerto,por muchos de sus conocidos y admiradores. El reencuentro con el periodista fue definitivo para la reanudación de su carrera como músico y compositor. La carrera de Cartola no iría lejos. Cartola sabía que su enfermedad era grave pero mantuvo el secreto sobre ella todo el tiempo, diciendo que tenía una úlcera. Tres días antes de morir, recibió de Carlos Drummond de Andrade su último homenaje en vida, cuando el poeta le dedicó una conmovedora crónica, publicada por el Periódico del Brasil. Cartola moriría de cáncer el 30 de noviembre de 1980, a los 72 años de edad. Después del velorio en el predio de la Estación Primera de Mangueira, el cuerpo de Cartola fue sepultado en el Cementerio del Caju. Atendiendo a su pedido, el día 1º de diciembre, fecha de su funeral, Waldemiro, ritmista de la Mangueira, que había aprendido con él a afinar su instrumento, marcó el ritmo para el coro de "Las Rosas No Hablan", cantada por una pequeña multitud de sambistas, amigos, políticos e intelectuales, presentes en su despedida. En su féretro la bandera del equipo de su corazón, el Fluminense. Durante los años siguientes, vendrían homenajes póstumos, discos y biografías que lo confirmarían como uno de los mayores nombres de la música popular brasileña, incluyendo en 2007, el estreno de la película "Cartola - Música para los Ojos”. "No hay que olvidar que tenemos un pasado muy rico en lo musical, y que de él deriva todo lo que hoy puede sonarnos novedoso", advirtió Ney Matogrosso. Y esa relectura atenta lo llevó a concentrarse en la singular obra de Cartola, que además de fundador y símbolo de Mangueira (la más popular de las escolas de samba de Río) fue un compositor y autor en el que se fundían la más pura raigambre popular con un natural refinamiento. Feliz amalgama que no pasó inadvertida para decenas de intérpretes, de los casi legendarios Francisco Alves y Carmen Miranda a los más cercanos Elis Regina, Paulinho da Viola, Nara Leão y Beth Carvalho. El propio Ney ya había grabado "O mundo é um moinho" hace 15 años, pero últimamente, aunque su nombre jamás perdió resonancia popular, la música de Cartola parecía olvidada. Sólo parecía. El rescate emprendido por el cantante con su reconocida autoridad, y con una sutileza cada vez más refinada tuvo una respuesta que ni él mismo esperaba. El puñado de shows de presentación del álbum "Ney Matogrosso interpreta Cartola" se extendió por dos temporadas y lo llevó de gira, Portugal incluido, dando origen a un nuevo registro, esta vez en vivo, con todos los temas del show, y a un DVD en el que además de interpretar los temas del icono de Mangueira habla de él, de su obra riquísima y de su vida tan difícil. Comentarios basados en un artículo del diario Hoja de San Pablo, otro del sitio Cliquemusica y del Diccionario Cravo Albin de la Música Popular Brasileña entre varias fuentes, y una nota de Fernando López para La Nacion. En cuanto a la música durante la primer parte del programa escuchamos interpretaciones del propio Cartola más otras de Monarco y Carmen Miranda. En la segunda media hora, varios de los más famosos cantantes brasileros interpretaron temas de Cartola, como Chico Buarque, Tom Jobim y Paulinho da Viola, Shirley Carvalho, Leny Andrade y ahora es Ney Matogrosso. Es una realización de Jorge Laraia.
Biografia sacada de: http://audio.urcm.net/Cartola-es-uno-de-los-maximos
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