Levantóse el conde Ni-ño,
Mañanita de San Juan.
Fue a darle de beber a sus caballos,
A la orilla de la mar.
Mientras los caballos beben,
El conde dice un cantar.
Que la mar ponía en calma,
Los vientos hace amainar.
Mujeres, que están encintas,
Las hacía abultar.
Las puertas, que están cerradas,
Se abren de par en par.
-¿Oís, la niña infanta,
Si dormís o despertáis,
Si oís como canta
La sirena de la mar?
-No es la sirena, mi madre,
Ni menos es su cantar;
Es el conde Niño, mi madre,
Que a mí viene a demandar.
-Sí a ti demanda, infanta,
Yo le mandaré matar.
-Si lo matareis, mi madre,
Juntos nos hemos de quedar.
La reina, con tanta rabia,
Al conde manda a matar.
Muerto el uno y muere el otro;
Juntos los llevan a enterrar.
De ella salió un naranjo,
De él salió un limonar.
Crece el uno y crece el otro,
Los dos se van a juntar.
La reina, congran recelo,
Los dos mandara a cortar.
De ellos salen dos palomas
Que al cielo van a jugar.
Aún no hay comentarios,
¡escribe el primero!Para hacer una pregunta o dejar un comentario sobre esta canción, debes estar LOGUEADO
Usamos cookies. Leer más