Noticias de El Club de Marilyn
¿Cuál es el secreto mejor guardado del rock argentino? Probablemente si hubiera que confeccionar una lista, en ella debería ingresar El Club de Marilyn. Cuando salió “Hecho en la sombra” (2002), el país se desmoronaba en otra de sus tantas hecatombes. En ese disco estaba “No me gusta bailar” – un hit independiente que recordaba a los New York Dolls y a unos Rolling Stones intoxicados y peligrosos. ¿Quiénes eran esos músicos que tenían más maquillaje que Moria Casán en los ochenta y que sonaba más rockeros que el resto? ¿Cuál es el secreto mejor guardado del rock argentino? Probablemente si hubiera que confeccionar una lista, en ella debería ingresar El Club de Marilyn. Cuando salió “Hecho en la sombra” (2002), el país se desmoronaba en otra de sus tantas hecatombes. En ese disco estaba “No me gusta bailar” – un hit independiente que recordaba a los New York Dolls y a unos Rolling Stones intoxicados y peligrosos. ¿Quiénes eran esos músicos que tenían más maquillaje que Moria Casán en los ochenta y que sonaba más rockeros que el resto? ? Se trata del club más delirado que se puede hallar en la actualidad y están viviendo un momento muy cercano a la gloria. En abril, talonearon a los Dolls y en septiembre integrarán la grilla del Pepsi Music (¿Se hará justicia y sus temas sacudirán los grandes estadios?). ¿Quién lo sabe? Igualmente, sus canciones están diseñadas para recordar que la cultura del rock debe contener fantasía, elegancia, arrogancia, actitud y desfachatez extrema. ¿Por qué nadie sacude al público con provocación y estilo? Tal vez, las bandas locales apuesten a lo seguro y prefieren evitar los riesgos ¿Desde cuándo el rock and roll debe parecerse a una carrera profesional? ¿Dónde quedó el amateurismo que ésta música dice promover? Una parte está en la obra de El Club de Marilyn, siempre dispuestos a tocar lo que le gusta y dispuesto a vestirse como una mujer callejera.
¿Acaso, esto no se trata de intentar ser otro? O morir en el intento. Acaban de estrenar “Psicópata Americano” y durante su audición es casi imposible no mover la cadera, los pies y las manos. Es que sus composiciones promueven la gesticulación y el amaneramiento rocker que floreció a comienzos de los 70 cuando el glam – rock era un germen que prometía recuperar la diversión perdida.
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