COLABORACIONES
18 de abril de 2025
Kenia OS y Anitta desatan el lado más físico del reggaetón con un cruce que no pide permiso

Con un pulso caliente y una producción afilada, las dos artistas latinas se abrazan en una colaboración que no necesita disimular lo que propone: ritmo, deseo y control. “En 4” es una afirmación de autonomía, placer y estética poderosa. Un reggaetón que no baila alrededor del fuego, sino que lo aviva.
Dos trayectorias que no se explican: se imponen
Kenia OS lleva años construyendo una carrera que desafía todas las etiquetas que le quisieron poner. De youtuber a fenómeno pop, de influencer a compositora con personalidad. Pero lo más importante es que encontró su lugar sin tener que imitar a nadie. Supo crear un personaje propio, que combina delicadeza y fuerza, sensualidad y juego, sin caer nunca en el cliché.
Anitta, en otro frente, es una de las figuras más relevantes del pop global en español y portugués. Sabe moverse entre géneros, idiomas, continentes y discursos. Cada paso suyo tiene una intención. No solo musical: cultural, simbólica. Ambas se encuentran en un momento donde ya no tienen que demostrar nada. Pueden elegir. Y lo hacen.
Este encuentro no es gratuito. Tampoco es estratégico. Es una alianza artística que nace del deseo de compartir un mensaje desde un territorio en común: el placer como territorio propio, el cuerpo como espacio de poder, el reggaetón como campo de batalla sonora.
Sonido de pista, letra directa y estética de precisión
La canción no se anda con rodeos. Desde el primer segundo, queda claro qué tipo de experiencia propone: una base envolvente, de reggaetón clásico pero con arreglos modernos, sintetizadores que respiran y un beat que golpea parejo, sin picos ni caídas. Es ritmo constante, sugerente, cargado de tensión.
Las voces se turnan sin jerarquías. Kenia toma el control al inicio, con una interpretación segura, casi hipnótica. Anitta responde desde un lugar más directo, más provocador, pero siempre dentro del mismo código: esto no es una competencia. Es un dúo. Una complicidad.
La letra no disfraza lo que quiere decir. Habla del deseo desde el goce, no desde la carencia. No es una súplica. Es una decisión. “En 4” se convierte, desde su título, en una provocación que no se esconde ni se disculpa. Pero tampoco es burda. No hay vulgaridad. Hay juego. Ironía. Estética. Las frases se apoyan en el ritmo, pero también en el gesto. Es reggaetón, sí. Pero con contenido. Con peso.
Un nuevo modelo para la sensualidad en la música urbana
En un género que históricamente ha mostrado el cuerpo femenino como objeto, esta canción lo invierte. Las que miran ahora son ellas. Las que dicen lo que quieren, cómo lo quieren, cuándo y con quién, son las dos protagonistas. Y eso cambia todo.
Porque el mensaje no está solo en lo que dicen. Está en cómo lo dicen. En el tono. En el lugar desde donde cantan. Ya no es la mujer que espera. Es la que actúa. Y eso, sin subrayarlo, sin panfleto, tiene una potencia demoledora.
El video —coreografiado con precisión, filmado con una estética limpia y moderna, y construido sobre la dualidad entre lo íntimo y lo público— refuerza esa idea. No hay exposición gratuita. Hay cuerpos que se mueven porque quieren. Miradas que se sostienen. Estilismo cuidado. Y sobre todo: una construcción de lo sensual que no necesita caer en lo explícito para ser potente.
Más que una canción: un posicionamiento
No estamos solo ante un hit. Estamos ante una decisión. La de dos artistas que ya no necesitan encajar, ni ser validadas, ni adaptarse. Kenia OS y Anitta no están entrando a un terreno dominado por otros. Están ampliando el mapa. Están diseñando un nuevo espacio. Uno donde el placer es lícito. Donde el deseo se dice. Donde el ritmo no anula el contenido. Y donde la presencia femenina no es adorno, es estructura.
“En 4” no busca complacer al oído machista. No suaviza. No se esconde detrás de frases neutras. No trata de equilibrar. Es directa. Audaz. Pero también estética, pensada, sólida. Tiene capas. Tiene humor. Tiene conciencia. Y por eso funciona en todos los niveles: como canción, como mensaje, como gesto.
Lo que viene después del fuego
Lo interesante será ver qué pasa a partir de ahora. Porque esta canción no es un caso aislado. Viene a ocupar un lugar que durante mucho tiempo estuvo vacío: el del reggaetón hecho desde la experiencia femenina sin concesiones. No desde la imitación. No desde la queja. Desde la creación.
Kenia OS y Anitta lo saben. Y lo disfrutan. Se nota. Porque lo que más transmite esta colaboración, incluso por encima del deseo o la provocación, es una alegría genuina. Una sensación de estar haciendo lo que quieren, como quieren, y con quien quieren. Y eso, en un mercado saturado de fórmulas vacías, brilla con luz propia.
Acordes para tocarla:
👉 En 4 – Kenia OS ft. Anitta
Por Flor Olmos.
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