Cuando la sencillez emociona más que cualquier artificio

Hay canciones que no buscan brillar en lo alto, sino decir cosas simples con la mayor honestidad posible. “Hoy flasheaba” es de esas. Los Caligaris y Benjamín Amadeo construyen una pieza donde todo lo que suena, y todo lo que se dice, parece nacido de un rato compartido, de una tarde sin apuro, de un pensamiento recurrente que no da tregua. No hay épica: hay cercanía.

La letra funciona como una charla interna. Un deseo íntimo que, en lugar de dramatizarse, se transforma en una escena sensible, luminosa, llena de imágenes que combinan costumbre con ternura. La voz del deseo no es demandante. Es nostálgica, juguetona, vulnerable. No pide. Se imagina. Y en esa fantasía, aparecen los elementos más hermosos del lenguaje cotidiano: un fernet, una sonrisa, un río, el canto de los pájaros.

El resultado es una canción donde la ternura no es cursi. Donde el amor no es gritado, sino dicho al pasar. Donde el dolor no se exhibe, pero se intuye. Y donde lo que no se tiene, por un instante, se hace presente en la imaginación.

Aire litoraleño, acordeón al frente y una melodía que fluye

A nivel sonoro, la canción se apoya en un ritmo pausado, de fuerte inspiración litoraleña. El acordeón cumple un rol protagónico, marcando el tono general del tema y aportando ese color cálido, evocador, melancólico pero sereno que define a gran parte de la música del nordeste argentino. No hay estridencias. No hay producción inflada. Hay instrumentos reales, respiración, un tempo calmo y una interpretación vocal cuidada.

La estructura armónica es simple, pero efectiva. Las guitarras y la percusión actúan como sostén suave, mientras los vientos se hacen a un lado para que la melodía camine. El resultado es una atmósfera envolvente, casi acústica, que invita a escuchar más allá de lo que suena. A detenerse en lo que se dice.

En ese espacio de contemplación, la canción crece. Se vuelve envolvente. Es río. Es brisa. Es siesta con la mente ocupada en alguien.

Flashear: un verbo tan argentino como difícil de traducir

Uno de los grandes aciertos del tema es su título. Porque no se trata solo de una palabra informal, sino de una síntesis perfecta del tono de la canción. En la jerga argentina, “flashear” puede significar muchas cosas: imaginar, delirar, pensar cosas que no están pasando, hacer películas mentales, vivir escenarios inventados como si fueran reales. Es, en definitiva, dejarse llevar por lo que se desea aunque no exista.

“Hoy flasheaba con que vengas” no es una declaración de amor desesperada. Es una imagen emocional. El deseo de algo improbable, pero profundamente anhelado. Es la forma argentina de decir: “me imaginé eso que tanto quiero, aunque sé que no va a pasar”. Es, también, una forma de ternura.

En la canción, este verbo es el hilo que une todo. La letra gira alrededor de ese “flasheo” que transforma lo cotidiano en poesía: cebarle un fernet a las piernas de ella, caminar juntos desde una prisión emocional, imaginar que su voz y una guitarra pueden acallar al mismo río. No es exageración. Es sensibilidad popular. Es lenguaje emocional puro.

Un texto que pinta imágenes desde la emoción

La letra entera es una muestra de cómo el lenguaje cotidiano puede transformarse en canción sin perder autenticidad. Frases como “quería cebarle un fernet a tus piernas” o “provocar la sonrisita que encandila mi existencia” no buscan ser líricas en el sentido clásico. Son expresiones sentidas, verdaderas, que conectan por su rareza poética y su humanidad.

A lo largo del tema, se suceden momentos de humor (“la última vez me vine con el cuerpo solo, mi alma se quedó allá”), de ternura contenida (“si vieras vida mía qué bonita te queda esa libertad”) y de deseo resignado (“achicar esa distancia pa escuchar latiendo juntos a tu corazón y el mío”). Todo con una estructura fluida, sin forzamientos, sin rimas vacías.

No hay solemnidad. Hay intimidad. Hay honestidad emocional. Y eso vale más que mil recursos poéticos.

Una canción que no parece buscar el hit, pero lo merece

Lo más admirable de esta entrega es su falta de pretensión. No hay intención de pegar en plataformas, de hacer challenge, de sonar en todas partes. Es una canción hecha para estar. Para acompañar. Para quedarse.

No entra con fuerza, pero no se va fácil. Porque dice lo que muchos sienten. Porque habla desde un lugar real. Porque le da palabras nuevas a una emoción antigua: la de extrañar, la de querer estar cerca, la de cerrar los ojos y “flashear” con que lo imposible sucede.

Y eso, cuando está bien hecho, cuando está bien dicho, cuando está bien tocado, se convierte en una canción para volver. Para guardar. Para cantar en voz baja.

Letra y acordes para tocarla:
👉 Hoy flasheaba – Los Caligaris ft. Benjamín Amadeo

Podía ver tu cariia cuando empezas a bailar
podía saludar tu olor y dejarlo de extrañar
hubiera sido un superheroe que endopamine tu ser
quería cebarle un fernet a tus piernas
y a tu cintura también.

Hoy flasheaba con que venga
abrazarte y darte todo lo que tengas
que me des esa sorpresa
provocar la sonrrisita que encandila mi existencia
yo flasheaba con que vengas
y te juro que pa mi alma era un alivio
con tu voz y mi guitarra opacando la melodía
de los pájaros y el río.

Si vieras vida mia que bonita
te queda esa libertad
acá desde mi prisión
con vos quería caminar
soñaba esa cosa azul dime que pasa
cuando te me acercas
la última vez me vine con el cuerpo solo
mi alma se quedó allá.

Hoy flasheaba con que venga
abrazarte y darte todo lo que tengas
que me des esa sorpresa
provocar la sonrrisita que encandila mi existencia
yo flasheaba con que vengas
y te juro que pa mi alma era un alivio
con tu voz y mi guitarra opacando la melodía
de los pájaros y el río.

Achicar esa distancia
pa escuchar latiendo juntos
a tu corazón y el mio.

hoy flasheaba con que vengas
y te juro que pa mi alma era un alivio
con tu voz y mi guitarra opacando la melodía
de los pájaros y el río.

Achicar esa distancia
pa escuchar latiendo juntos
a tu corazón y el mio.

Por Profe Hugo Vergara.