Cuando en mi pago se siente el golpear
de algún puestero que campeando va,
si hasta parece que el monte dormido
desentumecido se empieza a alegrar
y la baguala se estira en un eco
llevando su acento para otro lugar.
Me gusta oir la perreada llantear,
cuando dispara corriendo un bagual
y en el retumbo de los guardamontes
pechando los montes la vida se va.
Estampa criolla del chacho salteño
reviven mis sueños de chango cabal.
Como quisiera volver a vivir
aquellos tiempos que ya se nos van,
de madrugada ensillar mi caballo
chiflando los perros salir a campear.
En en medio del monte enlazar un novillo
llevarlo a la cincha pal viejo corral.
Huellando ausencias la vida se va
aunque me empeñe por quedar atrás,
velay quisiera que el fin de la senda
me encuentre en gualiama mi tierra natal
y que me canten la zamba del monte
y el viento del norte me lleve al soplar.
En mi caballo salir a trotear
por esos campos eternos de Dios
y en el balido sentido de un toro
se alarga el suspiro del ultimo adios.
Que nubarrones del sur me levanten
y en lluvia me vuelvan a mi campo en flor.
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