A la capital había llegado el frío.
Y yo, sin equilibrio, te vi entrar.
En aquel lugar donde la gente sueña,
se escriben mil poemas, donde voy a cantar.
Hace una vida entera que te busco.
Hoy, el tiempo me sonríe. Me da otra oportunidad.
De arriesgarme, poner la mano en el fuego,
de luchar por lo que siento y no dejarte escapar.
Ahí estabas tú, al final de la barra con alguien.
Sonreías, mirabas, lo sabes.
Necesitaba saber tu nombre, el motivo de todos tus tatuajes.
Como besas cuando te despiertas,
el calor que desprenden tus piernas.
Me enamoré de ti, de tu forma de andar.
De tus ojos cuando miran. En ellos puedo ver el mar.
Es tu acento la mejor de las canciones.
Es tu boca, es tu nombre,
contigo quiero despertar.
Lo tuve claro desde que te vi.
Ya no hay madrugadas tristes desde aquel abril.
Que la sorpresa hoy forma parte de mi vida.
Que ya no existe distancia entre tu piel y Madrid.
Ahí estabas tú, al final de la barra con alguien.
Sonreías, mirabas, lo sabes.
Necesitaba saber tu nombre, el motivo de todos tus tatuajes.
Como besas cuando te despiertas,
el calor que desprenden tus piernas.
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