Bio

Alfonso comienza a pintar a mediados del 2004 cuando un joven de 24 años llamado Emiliano Sánchez nacido en el barrio de Haedo (zona oeste del gran Buenos Aires - Argentina) decide comenzar a grabar las canciones que venía componiendo años atrás con su guitarra acústica y con el uso de samplers y otros recursos electrónicos.
Alfonso El Pintor hace canciones, nos ilusiona en cada estribillo y juega con las melodías más dulces. Es pop y del bueno, de eso no hay dudas. Sin embargo, un repaso de cualquiera de sus dos discos nos da la posibilidad de abstraernos de esa carátula inicial para embarcarnos en un viaje plagado de descubrimientos.

Más allá de cualquier tipo de redundancia: son canciones, pero son canciones de esas que dejan una marca y no pasan desapercibidas. La intención es clara, están diseñadas (hasta la última pincelada) para una escucha atenta a cada detalle, a cada fragmento. Se hace imposible no emprender una búsqueda sumisa al placer de cada nuevo elemento que se aparece ante nuestro oído perplejo.

El sonido es algo que sorprende desde el primer instante. Hay reminiscencias a The Postal Service ("Vamos a seguir pintándonos") y Broken Social Scene ("Una isla en el medio del mar") e incluso hay momentos en que Air es parte de la atmósfera, pero son sólo eso, gratos recuerdos enmarcados bajo una identidad propia, lo cual sorprende a cualquiera que afronte estas canciones sin un aviso previo.

La sorpresa es el factor que sin dudas orienta todo el proceso auditivo. Las bases electrónicas se disparan a manera de toma de posición, como soporte expresivo de esas melodías cargadas de serenidad. Un sonido de colores únicos se construye a partir de distintas capas de guitarras y teclados; suaves, delicados, en función de la canción en sí y no como exageración o muestrario de capacidades. Todo está en su lugar por alguna razón y en función de un propósito, con lo cual, sigue siendo la armonía el elemento que reúne a los demás componentes en la calidez el producto final.

Como complemento, se suma una estética profundamente naif que se evidencia no sólo en la concepción de las canciones (y sus arreglos), sino también en la temática de sus letras. El mensaje es claro, la lírica se cimienta en una determinada forma de ver el mundo, con el lenguaje como un anexo más del aparente poder redentor propio de la canción, concebida, en este caso, como eje expresivo de los posmoderno.

En definitiva, la propuesta de Alfonso El Pintor encierra una belleza ingenua y apacible que se manifiesta en un compendio indie pop electrónico eficaz y desinteresado, más allá de las convenciones y los prejuicios. El resultado parcial es por demás interesante, la madurez y la evolución se plantean como caminos posibles, pero más allá de todo, la canción sigue ocupando el centro de la escena.

Integrantes:

Emi Alfonso: Voz, guitarra y programaciones
Nanu Alfonso: Bajo, teclados, coros
Maxi Alfonso: Guitarra
Coco Alfonso: Batería
Guido Alfonso: Visuales

2009: Actualmente se modificaron los integrantes de la banda.

Discografía