Bio

Tiempos…
Fue en eso días finales del mes de diciembre, justo sobre el intenso agite del 2001, cuando desde el seno oscuro de nuestro arrabal “La república”, entre compañeros de vida se prendía esta cosa.

Lugar…
Muy particular… ubicado en el corazón de la gran zona oeste de nuestra ciudad. Histórico polo atrayente de diferentes culturas, cuna de obreros, con una gran fuerza aglutinante de relatos e historias que tomaron formas particulares en personajes de toda índole, y con una arraigada mezcla de quietud y movimiento que tiñen su fisionomía según en el instante que se detenga usted a notarlo.

Pero algo mucho mas destacable se presenta en él…por sobre toda las cosas. Es su empedrado poseedor de un alto poder reflectante de la realidad, esa que lastima y duele (no a todos, por supuesto) pero también la realidad que muy de a poquito nos va haciendo cada vez más fuertes.

Descartada entonces cualquier coincidencia, al tener en cuenta el tiempo que vivíamos y el lugar donde nos encontrábamos, y por supuesto las arrolladoras ganas de hacer rocanrol con las que se andaba bajo algo, ya para ese entonces, llamado Farolitos. Podemos hoy afirmar que esa reciente formación era producto y consecuencia de un estado y un momento de mucha oscuridad en la cual nos encontrábamos enroscados, invadidos y como familiarizados ya…

Pero nunca amigos, ¡si señor! Amigos de esa penumbra no éramos ni a palos.

Y fueron los años puliendo al lumbroso mineral…
Corroída y mellada hoja del cuchillo que se ha ido afilando, fruto del trabajo macerado con dedicación, compañerismo, convencimiento y honestidad.

Alguien dijo alguna vez: “De la casa al trabajo y del trabajo a casa”, nuestra experiencia personal nos dice que: “De la casa al trabajo y del trabajo a pensar lo mas que se pueda para recién ahí irse a casa”.

Estamos convencidísimos de que esa fórmula es la más eficaz. Nuestro laburo esta pensado ¡muy pensado! Y no quita esto que nos salvemos de la cuota de improvisación (casi siempre obligada) tan típica en el argentino pero que le ha dado una tonada muy especial a todo esto.

Luego de la ardua jornada laboral (trajín para la obtención del chirolaje diario) los muchachos gustosos encaraban su otra tarea, la del rocanrol, como voluntarios nobles a un bien común que ellos poseían, y con la extraña sensación de felicidad que te deja en el cuerpo un esfuerzo continuado bajo ningún tipo de yugo. Con esa linda sensación recién ahí se iban a casa (demuestra esto que cualquier trabajador de andar libre a cualquier modo de sometimiento hará de su trabajo un producto provechoso y altamente benefactor a la sociedad, siendo también un aporte importantísimo para su propia formación y por ende a la del grueso al cual forma parte.

A seis años…
Echando una mirada retrospectiva desde sus inicios hasta hoy, notamos que Farolitos se ha presentado en casi todos los lugares que comprenden al under rosarino, como así también en diversos sitios públicos, logrando de esta forma hacer conocer su propuesta en una envoltura sonora, a muchas mentes pertenecientes a distintos barrios de la ciudad, tales casos son los pibes y pibas de los barrios Ludueña, Empalme granero, Azcuénaga, Echesortu, Refinería, 7 de Septiembre, Remedios de Escalada, Belgrano, Rucci, Fisherton, Independencia, Tablada, Pichincha, Alberdi, Toba, etc.

Contamos con gran aspiración por la unidad de los tantos barrios que componen nuestra “jungla de cemento”. Estamos abocados a la tarea difícil de poder discriminar entre la pluralidad enorme de sentimientos, pensamientos, a uno solo que nos sea común y nos identifique a todos como un conjunto. Por esa senda corre entusiasmada y perseverante nuestra intención, y la hace manifiesto en lo que es su primer trabajo discográfico, “En esta parte de la tierra” producido en forma independiente y a base de sudor e ideas, destinándolo inmediatamente a sus seguidores, a “su gente”, que para decir verdad es el bien mas valioso que la banda posee: "SU GENTE".

Discografía