Gabriel Carambula

Su conexión con la guitarra comenzó temprano. Acaso la influencia de su padre haya sido fundamental en ese destino de música que lo guía desde pequeño. "Supongo que tiene que ver que mi viejo haya tocado la viola y que haya estado con tantos músicos conocidos que creo que era imposible zafar de eso. Era lindo verlo zapar hasta las tres o cuatro de la mañana con gente grosa como (Dino) Saluzzi, (Rubén) Rada, Homero Espósito, un montón de estilos y lo que más me gustaba era que los tipos disfrutaran tanto. Agarré la viola y no la largué nunca más. Pero estoy convencido de que es un don de Dios, yo nací con esto". Pappo fue su otra gran vertiente. Aunque tampoco escapan el rock n roll de Chuck Berry de los ´50s, el de los Stones de los ´60s y la distorsión que llegó en los ´70s de la mano de Zeppelin, Deep Purple, entre otros. El rock n roll inglés y el blues norteamericano están entre sus preferencias, y asegura que entre la guitarra y el equipo, un Cry Baby es fundamental.

Gabriel “Bambino” Carámbula tiene un historial que incluye su paso por Los Ratones Paranoicos, haber tocado con Fabiana Cantilo, Fito Páez, Los Perros Calientes y llevar editados cuatro discos solistas. “Estuve con Los Ratones antes que Juanse -se jacta-. Toqué de los 15 a los 17, hasta que dije chau Juanse, todo bien pero me voy a hacer mi grupo”.

Con Los Perros logró popularidad a fuerza de tocar hasta el hartazgo. Fue entonces que decidió orientar su rumbo musical en solitario y más alejado de las maratónicas jornadas de los tiempos en que el hit “Bajo la rambla” sonaba por todas partes. Pasaron diez años desde entonces. Viviendo Urgente, su última placa recupera ese espíritu ("musicalmente tenía una necesidad imperiosa de salir, hacía tres años que no grababa un disco”), pero administrando su experiencia con la música. "Cometí muchos errores con Los Perros en cuanto a que bastardee el camino de la banda, y me hago responsable porque era el líder, empecé a tocar cinco shows por semana en cualquier lado, y no se puede hacer tres shows en una noche". Ahora piensa en hacer sólo aquello que tenga ganas. “Toqué en Ferro tres días seguidos, ya está, si toco de nuevo, mejor, pero no voy a tocar en un Gesell Rock donde me pongan a las 3 de la tarde y donde no me sienta cómodo. Prefiero tocar en un bar lleno de tipos que me van a ver y que aplauden cuando hay un solo. No me interesa vender chorizos, cada vez voy más para el lado del culto. Estoy en este lugar chiquito y estoy feliz”.

En Viviendo Urgente, Carámbula interpreta la guitarra, la voz y el bajo. Páez, Berugo y Fabi son los invitados y Facundo Espinosa es un socio indispensable en la lírica y la producción.
Bambino se define como un músico vintage. Prefiere una portaestudio de cuatro canales al protools. "Me gustan los cassettes, los vinilos, las guitarras viejas. A una guitarra eléctrica enchufada a un equipo valvular no hay con qué darle". Se aparta de los músicos de rock n roll que apenas saben tocar. "Hay un rock n roll más elitista, y más fino de tipos que sí saben tocar la guitarra como yo, como tocaba Pappo, como toca Botafogo, Gringui (Herrera), y hay un rock n roll de tipos que no saben tocar la guitarra y que llevan mucha gente, que no saben quién es Bad Company, Leslie West o Albert King. No podemos hablar de música con ellos".
- ¿Te molesta que llenen estadios?
- No, primero porque toqué para mucha más gente y porque yo me dedico a tocar la viola en serio. A veces me río de los solos de guita-rra que escucho. Pity (Alvarez) por ejemplo demostró que es un tipo creativo, que tiene carisma, quiero ver a otra gente dentro de 5 años.
Carámbula pertenece a una generación que marcó una época en el rock argentino. “Tengo mi lugar, que es el que tendría Juanse, no me refiero a la masividad sino al reconocimiento como artista, somos parte de los ´80s: Los Ratones, Los Perros, Fabi, Fito, Charly, Andrés (Calamaro), Miguel Zavaleta, Gringui, (Ri chard) Coleman, Pipo (Cipolatti)”.
Se identifica como un artista cuya pasión por la música se le hace inevitable y también urgente. “To co todo el día, cuando miro tele, cuando como, cuando voy al baño”, y como si la afirmación fuera poco convincente, agrega “tengo los dedos cuadrados”.

Pero más allá de la elocuencia de sus palabras, es indudable que en su guitarra, hay cuerda para rato.