Un recorrido que no cansa: Estelares y la renovación constante

A lo largo de más de veinte años de trayectoria, Estelares ha consolidado una identidad propia, capaz de caminar con soltura entre la melancolía urbana y los ritmos que invitan a celebrar.
Con cada disco, la banda liderada por Manuel Moretti ha sabido actualizarse sin perder su esencia: esa mirada que transforma lo cotidiano en una postal emocional.

Su nuevo lanzamiento vuelve a poner en primer plano esa sensibilidad: no es un golpe efectista ni una jugada oportunista. Es el reflejo de una madurez artística que abraza la serenidad de los pequeños momentos.
La canción no grita. No busca imponerse. Se ofrece como un refugio sonoro, como un puente que invita a mirar la vida con otros ojos.

Una melodía que camina con la cadencia de la alegría serena

Desde los primeros compases, la nueva pieza de Estelares establece un clima de alegría contenida.
No es la euforia desbordada de las grandes fiestas; es el suave vaivén de una sonrisa que se desliza en medio de una tarde cualquiera.

La base instrumental sostiene un ritmo amable, en el que las guitarras, los teclados y la percusión dialogan sin atropellarse.
Hay una decisión estética clara: dejar espacio para que cada instrumento respire, para que la melodía avance como una caminata pausada bajo el sol.

La producción apuesta por la limpieza sonora, por una cercanía que no necesita grandes adornos para emocionar.
El resultado es una canción que se deja habitar, que acompaña, que no exige atención pero la merece.

La letra: un poema para los rituales de todos los días

Manuel Moretti vuelve a demostrar su oficio para capturar momentos íntimos con palabras sencillas pero cargadas de significado.
La escena que describe no tiene grandes acontecimientos: alguien que se arregla, que se emperifolla para salir a encontrarse con la vida.
Y sin embargo, en esa aparente banalidad, la canción descubre un mundo.

No hay metáforas rebuscadas ni grandes declaraciones.
Hay gestos: el espejo, la ropa elegida con cariño, el perfume que anticipa un encuentro.
Hay miradas que detienen el tiempo, sonrisas que construyen complicidades invisibles.

La letra entiende que la felicidad no siempre llega en forma de hazañas épicas.
A veces, la felicidad es simplemente atarse los cordones con ilusión, ajustar una prenda frente al espejo, respirar hondo antes de salir a caminar al encuentro de otro.

En cada verso late la certeza de que lo extraordinario se esconde en lo ordinario.
Y en esa revelación, la canción se vuelve profundamente humana.

Un video que amplifica la atmósfera de la canción

El videoclip que acompaña el lanzamiento potencia el espíritu de la canción sin traicionar su delicadeza.
Protagonizado por María Belén Lenti, Julieta Pink y María Lauga, el video construye una narrativa visual basada en los mismos gestos mínimos que la letra celebra.

La cámara sigue a las protagonistas mientras se preparan, mientras sonríen, mientras habitan su belleza cotidiana.
No hay artificios deslumbrantes ni grandes efectos.
Hay gestos reales: una mirada al espejo, una risa compartida, una mano que acomoda un cabello rebelde.

La dirección apuesta por una estética cálida, cercana, que invita a ser parte de ese ritual silencioso de transformación.
Todo en el video refuerza la idea de que cada detalle, por pequeño que sea, puede contener una historia, una emoción, una promesa.

La importancia de saber mirar

En un mundo donde la velocidad y el espectáculo parecen dictar las reglas, Estelares elige el camino más difícil: detenerse, mirar, nombrar.
Su nueva canción es una invitación a recordar que la belleza no siempre grita: a veces susurra en los pliegues de una camisa elegida para una cita, en el perfume leve que anticipa un abrazo.

La sensibilidad con la que la banda aborda este universo cotidiano no es ingenua ni edulcorada.
Es consciente de las sombras que acechan en la vida diaria, pero elige, aun así, celebrar los momentos luminosos.

No hay cinismo en la mirada de Moretti.
Hay gratitud. Hay ternura.
Hay un gesto de resistencia: en tiempos de prisa y de ruido, cantar a la lentitud y al detalle es, también, una forma de rebelión.

Un paso firme hacia el próximo disco

El nuevo sencillo no es apenas un adelanto aislado.
Es una declaración de principios: el anuncio de que el próximo trabajo de Estelares seguirá explorando las zonas donde la poesía y la música popular se abrazan.

La canción anticipa un álbum donde la reflexión y la celebración no se opondrán, sino que convivirán.
Un disco que, si mantiene la sensibilidad mostrada en este primer corte, confirmará a Estelares como una de las pocas bandas capaces de tender puentes entre la emoción privada y el canto colectivo.

Porque si algo ha demostrado Estelares a lo largo de los años, es que se puede bailar y pensar.
Se puede reír y llorar.
Se puede, en definitiva, emperifollarse para uno mismo y para el otro, y salir a celebrar la maravilla secreta de estar vivos.

Acordes para tocarla:
👉 Emperifollada – Estelares

Por Belén Otero.