En el mapa del rock en español, Leiva ya no es promesa: es geografía. Desde sus años al frente de Pereza hasta su consagración como solista, su obra ha mutado, madurado y, sobre todo, resonado con generaciones enteras. Hoy, al cumplir 45 años, su cancionero se vuelve una excusa perfecta para volver a tocar —literalmente— esas canciones que nos devolvieron algo de sentido en medio del caos. A continuación, repasamos diez de sus temas más buscados en AcordesWeb, con sus respectivos enlaces para interpretarlos y, por qué no, entender por qué su música se ha vuelto esencial.

1. Infinitos (ft. Zoe Gotusso)

Una joya melancólica que habla del amor como ese vínculo que permanece incluso cuando el otro se va. La voz de Zoe Gotusso suma una delicadeza que contrasta con la tensión lírica de Leiva. El arreglo es minimalista pero efectivo, y la guitarra se convierte en columna vertebral de una balada moderna que se volvió himno íntimo.

2. Costa de Oaxaca

Este tema es casi una postal sonora. Inspirado en sus recorridos por México, se aleja de los acordes urbanos de Madrid para empaparse de mar y palmeras. Pero lejos de la postal turística, lo que encontramos es una historia de deseo, huida y reconstrucción, con un ritmo cadencioso que invita tanto a cantar como a escapar.

3. Stranger Things (ft. Zahara)

Leiva y Zahara firman aquí uno de los dúos más fascinantes de su carrera. La canción es una conversación entre dos que ya no pueden mirarse igual. Hay ecos del synthpop ochentoso, referencias cruzadas y una atmósfera cinematográfica que transforma al estribillo en mantra. Los detalles electrónicos no eclipsan la guitarra, que sigue marcando el pulso.

4. Díazepam (ft. Natalia Lafourcade)

Esta canción no es para la fiesta. Es para cuando no podés con la cabeza. En colaboración con Natalia Lafourcade, Leiva explora la ansiedad con una dulzura dolorosa. La letra es brutal en su honestidad (“hay días que no me puedo levantar”) y el acompañamiento de cuerdas y guitarra acústica la convierte en una plegaria serena pero demoledora.

5. Lobos

Aquí, Leiva se vuelve narrador de una lucha interna feroz. Cada verso es un zarpazo contra los propios miedos, contra esa dualidad que todos llevamos adentro. Musicalmente, es uno de sus temas más crudos: guitarras al frente, batería precisa, y una interpretación vocal que prioriza la emoción por sobre la perfección. Es uno de esos temas que ganan fuerza en vivo.

6. Caída Libre (ft. Robe)

Si hay un momento donde Leiva coquetea con el rock poético de los 90, es en este dueto con Robe Iniesta. “Caída Libre” es un descenso controlado al corazón de la desesperación, con una guitarra que sostiene la tensión y una letra que no da tregua. La voz áspera de Robe funciona como un espejo roto del propio Leiva. Dolorosa, sí. Pero hermosa.

7. No te preocupes por mí

Probablemente su canción más coreada, “No te preocupes por mí” es una oda a la autoafirmación postruptura. Pero no hay bronca, hay liberación. La melodía es contagiosa, el ritmo acompaña sin saturar, y cada acorde está dispuesto para que lo agarres con la guitarra y lo hagas propio. Es Leiva en estado puro: frágil y desafiante a la vez.

8. Histéricos

No es una canción de amor, es una radiografía de una relación a punto de estallar. El riff inicial ya anuncia la tensión. La letra es un bisturí, y la interpretación es contenida, casi al borde de explotar. Leiva logra captar ese momento incómodo en que todo sigue... pero todo duele. Un clásico de su repertorio que envejece como el buen vino: más punzante con el tiempo.

9. Peligrosamente Dark (ft. Silvana Estrada)

Esta pieza habita en un mundo aparte. Es un bolero encubierto, un poema gótico, una noche sin luna. La voz de Silvana Estrada se cuela entre los silencios de Leiva como un eco dulce y venenoso. La instrumentación es sobria, casi fantasmagórica, y la letra se apoya en imágenes poéticas que lo alejan del rock más convencional. Es una rareza gloriosa.

10. Bajo Presión

Cierra este top una canción que resume la experiencia de muchos: el mundo encima, la presión interna, y la necesidad de cantar para que no explote todo. Con un beat insistente y una línea melódica que empuja hacia adelante, “Bajo Presión” no se regodea en el drama: lo enfrenta. Es un espejo para quienes sobreviven todos los días sin que nadie lo note.

Leiva no escribe hits: escribe espejos.
Y quizás por eso tantas personas siguen volviendo a sus canciones, no solo para escucharlas, sino para tocarlas. En cada acorde, una historia. En cada frase, una confesión. A los 45, su cancionero sigue creciendo. Y lo que suena en sus canciones, más que rock, es vida afinada.

Por Nico Paolino.