Nació el 3 de mayo de 1933 en una choza de una sola habitación en Carolina del Sur. Murió en 2006 como uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos. En el medio, construyó el sonido del siglo XX desde abajo, con sudor, groove y gritos que aún resuenan.

Hoy, que cumpliría años, lo recordamos como pionero, rebelde, visionario y eterno. Estas 10 razones explican por qué James Brown no fue solo un artista: fue un movimiento en sí mismo.

1. Inventó el funk antes de que tuviera nombre

En los años 60, mientras otros seguían cantando baladas melódicas, James Brown empezó a desplazar los acordes, a enfatizar el primer golpe de cada compás —el “one”— y a usar la voz como percusión.
Así nació el funk, un género fundado en la repetición, la tensión y el groove, que luego daría origen al hip hop, al dance, al disco y a mil formas más de mover el cuerpo.
Sin James Brown, no hay funk. Punto.

2. Era un showman extremo: sudaba, giraba, gritaba, y se caía de rodillas en cada show

Quien lo vio en vivo no lo olvida. James Brown no solo cantaba: se exprimía entero en cada canción.
Con trajes brillantes, pasos explosivos y movimientos milimétricos, convertía cada concierto en una guerra de ritmo y resistencia.
Terminaba exhausto, con la ropa empapada, el alma al borde, y el público en trance.
Era más que música: era un ritual eléctrico.

3. Controlaba todo: arreglos, coreografías, contratos, ensayos, sonido, luces…

En una época donde los músicos afroamericanos eran explotados o desoídos, Brown tomó el control total de su carrera.
Dirigía la banda con señas en pleno show. Castigaba errores con multas. Ajustaba arreglos sobre la marcha.
Era exigente, obsesivo, imparable. Pero así logró perfeccionar un sonido propio e irrepetible.

4. “Say It Loud – I’m Black and I’m Proud”: un himno racial en plena tensión social

En 1968, mientras EE.UU. ardía por la lucha de derechos civiles, James Brown lanzó una canción que empoderó a millones de afroamericanos.
“Say it loud! I’m black and I’m proud!” se volvió una consigna en escuelas, calles y comunidades, rompiendo con el silencio, la culpa y la vergüenza impuesta.
Brown no solo era músico: fue un líder cultural que usó su fama para incomodar.

5. Fue sampleado más que nadie en la historia del hip hop

Baterías como la de Funky Drummer, riffs de Sex Machine, gritos de I Got You…
Más de 1.500 canciones del hip hop moderno usan samplers de James Brown.
Public Enemy, Beastie Boys, Kanye West, Dr. Dre, Kendrick Lamar… Todos le deben algo.
Brown no solo está en su música: está en la de todos.

6. De la cárcel al éxito… y del éxito a la cárcel (y de vuelta al escenario)

Tuvo una infancia durísima: abandonado, preso, explotado. Y aun así, se reinventó una y otra vez.
Fue preso más de una vez, batalló con las drogas, con la ley, con los negocios… pero siempre volvió.
James Brown no era un ejemplo moral. Era un ser humano complejo, con luz y sombra, pero con una fuerza de voluntad que desbordaba.

7. Tenía una banda de músicos de élite que él mismo moldeó

Bootsy Collins, Maceo Parker, Fred Wesley…
Los músicos que pasaron por su banda eran de lo mejor del planeta, y muchos luego hicieron carreras brillantes.
Pero Brown los formó a su manera: con disciplina, ensayo constante, y un oído absoluto que no perdonaba errores.
Era director, dictador y sensei.

8. Ayudó a evitar una masacre el día del asesinato de Martin Luther King

El 5 de abril de 1968, un día después del asesinato de MLK, Boston estaba al borde del estallido.
James Brown dio un show que fue transmitido en vivo para evitar disturbios.
Su presencia en el escenario fue tan poderosa que calmó la ciudad por una noche, y evitó que la violencia se saliera de control.
Ese día, el funk salvó vidas.

9. Creó una estética que influyó en la moda, el pop y el rap

Sus trajes entallados, sus movimientos, sus peinados, sus gritos…
Prince, Michael Jackson, Bruno Mars, Beyoncé: todos tomaron elementos de su imagen y energía.
Brown fue una marca visual y sonora, mucho antes de que se hablara de “branding” o de identidad artística.

10. Murió en Navidad, y el mundo lloró al ritmo de su propio beat

Falleció el 25 de diciembre de 2006. Tenía 73 años. Y seguía girando.
Su cuerpo fue velado con honores, como se despide a los reyes. Y es lógico: James Brown fue El Rey del Ritmo.
Su legado es eterno porque está en los huesos de la música moderna.

James Brown: del barro al escenario, del grito al infinito

Pocos artistas cambiaron tantas cosas desde tan abajo.
James Brown inventó un sonido, una forma de bailar, una forma de vivir la música.
Fue fuego, fue espejo, fue espejo y puño.
Hoy cumpliría años. Y como siempre, nos haría sudar desde el primer golpe de caja.

Por Eli Delprato.