L & M: Carlos Guerra Paredes
Tono: Em
(1)
Nuevamente, Señor, la misma pena
envuelve mi dolor con persistencia,
es una siempreviva compañera
en esta sin razón de mi existencia
Es una hermosa mujer, dulce y morena,
que en su mirada juega la inocencia,
que es su boca un jardín en primavera,
su alma un perfume, su espíritu una esencia.
(1)
La ofrendé como un néctar de azucena
mi amor fragante, en toda su excelencia
no pudo comprenderme, fue quimera
forjada en el crisol de mi vehemencia.
No pudo penetrarse en mis anhelos,
menos juntarse a mi melancolía;
y, cansado, Señor, de mis empeños,
retorné a la misma pena mía.