Noticias de Gonzalez y los asistentes
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La mezcla de poesía y rock no ha sido algo extraño en el desarrollo de la cultura popular chilena —ahí están nombres como los de Mauricio Redolés, o la famosa alianza entre Los Jaivas y Pablo Neruda, entre muchos ejemplos—, pero la forma que eligió darle González y los Asistentes es única e inconfundible, considerando además la estabilidad de su formación y el buen nivel de sus grabaciones. El grupo se ha mantenido desde sus inicios con los mismos integrantes, e incluso impuesto un inesperado "hit underground" con "¡¿Qué pachó?!".
Los textos de todas sus composiciones son obra del penquista Gonzalo Henríquez, un licenciado en Francés que comenzó a ofrecer lecturas públicas de cuentos y poesía durante sus tiempos de estudiante universitario. Descubrió entonces que esos textos se beneficiaban mucho cuando se les mezclaba con música, tal como los beatniks lo habían intentado en la costa Oeste estadounidense durante los años 50. "Pensé que así podía presentar mis poesías en bares y sacarlas a la calle", recuerda.
Se mudó a Santiago a mediados de los años 90, en parte motivado por la posibilidad de asistir como iluminador los conciertos de creciente éxito que su hermano mayor, Álvaro, montaba junto a su banda, Los Tres. Entre el equipo de técnicos de la banda forjó amistad con tres músicos aficionados: Christian Bravo, Claudio Espinoza y Juan Pablo Rojas (este último, baterista durante cinco años de Profetas y Frenéticos).
Comenzaron a presentarse como González y Los Asistentes Nau en locales nocturnos como la Sala Shakespeare y la Rockola. En un principio, sus seguidores eran el pequeño grupo que lograba comprender que lo que intentaba montarse sobre el escenario no era teatro, rock ni lectura poética, sino un formato diferente y que también podía disfrutarse. Henríquez explicó en entrevistas de la época que lo suyo era una mezcla de poesía beat (Ginsberg, Kerouac, Burroughs) con la tradición poética chilena, y el rock profundo de gente como Tom Waits o Nick Cave. "Creo que mis textos llegan más a la gente que va a los bares, que a la que está en las aulas buscando la belleza del lenguaje", comentó al suplemento "Wikén". "Yo no le canto nada a nadie".
Quedaba claro que a González y los Asistentes no les interesaba ajustarse a la dinámica de una banda comercial, y que su satisfacción creativa pasaba por desarrollar una experimentación eléctrica que pudiera acoger versos realistas y que, ojalá, motivaran una cierta reflexión. "No hay ningún compromiso con la convencionalidad de la música; con hacer lo que el resto hace", aclaraba Claudio.
Con matices de diferencia, sus dos álbumes han sido fieles a esa máxima de búsqueda y observación urbana. El primero, Cerrado con llave (2001), se levantó sobre influencias que recordaban a Los Jaivas, The Cure, Allen Ginsberg (es suyo el texto de "Tuvo que ser tocado en un jukebox") y Electrodomésticos. El álbum, producido por Carlos Cabezas, incluyó lo más cercano que el grupo tiene hasta ahora a un hit. El tema "¡¿Qué pachó?!" se convirtió en la cumbre de sus conciertos, a través del relato en crescendo de una pelea de pareja que termina en maltrato físico y una reconocible cita a "Yo la quería", de Electrodomésticos ("Usted sabe: el trago lo pone ciego a uno").
Repite conmigo (2003), en tanto, fue un disco de cierta reflexión política, estructurado en torno a las desventuras de un "chileno medio" (González) que cargaba con resignación la infidelidad de su mujer, la desconfianza de su jefe y la debacle ecológica de su entorno. Si bien canciones como "Ozono" abordan asuntos de preocupación mundial, el disco intentaba acercarse a las frustraciones de la "gente común y corriente", en palabras de Gonzalo Henríquez. En ese sentido, entre ironías y bromas (como la sátira de "Predicador", según la cual "Dios no confía en nosotros, pero nos ama"), el disco transmitía la opacidad de la vida chilena de ese momento. El título aludía a un mantra exitista que se iba repitiendo en el tema homónimo: "Todo está bien / todo está muy bien / todo está cada vez mejor". En el disco figuraba la colaboración de invitados como Camilo Salinas, Fernando Julio, Álvaro Henríquez y la actriz Elvira López.
El grupo ha sido invitado frecuente a diferentes versiones de La Yein Fonda, y su presentación más masiva hasta ahora fue la que realizaron en septiembre del 2003 en el festival-tributo a Salvador Allende “El sueño existe”, en el Estadio Nacional de Santiago. El disco doble Cecil Hotel (2005) reúne canciones de sus dos álbumes más algunas pistas en DVD, además de ocho canciones nuevas y remezclas antes inéditas.
"Marisol García http://www.musicapopular.cl/2.0/index2.php?op=Artista&id=178";
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