Noticias de Electrodomésticos
Electrodomésticos agitó la escena artística de Santiago, Chile de los años '80 no sólo desde un punto de vista musical, sino también en lo visual y técnico. Sus inclasificables grabaciones mezclaron como nadie antes en el país instrumentos en vivo, new-wave británico y rock progresivo, ruidos de la calle, la voz grave de Carlos Cabezas y ciertos experimentos técnicos que constituyeron el primer uso sistemático de, por ejemplo, samplers como recurso de trabajo rockero.
El grupo funcionó en una primera etapa durante poco más de seis años, llegando a editar sólo dos discos y realizar contadas presentaciones en vivo hasta su disolución, en 1990. El año 2004 trajo el regreso de Electrodomésticos con un aplaudido nuevo álbum, La nueva canción chilena. Todos sus integrantes han desarrollado proyectos musicales en paralelo a la banda.
Experimentos con cintas
A principios de los años '80 y bajo el nombre de Rajacerebros, el bajista de Primeros Auxilios, Silvio Paredes, y el guitarrista Ernesto Medina —ambos, estudiantes de Arte— experimentaban con grabaciones tan curiosas como los sonidos de jugueras encendidas. Conocieron en 1984 a Carlos Cabezas, un controlador de tráfico aéreo de intereses y generación en común, y que venía realizando algo de composición junto a un proyecto llamado Trígono. Sin ansias por popularidad y de acuerdo a una lectura un tanto más adulta del trabajo musical —todos sus integrantes bordeaban los treinta años—, el grupo comenzó a improvisar sobre la base de teclados como el Casiotone, cintas, samplers y diversas máquinas.
Bajo el elocuente nombre de Electrodomésticos y tras musicalizar con cintas una exposición en galería Bucci, debutaron en 1985 en el Teatro Moneda, como teloneros de Primeros Auxilios. Los comentados espectáculos que siguieron de ahí en adelante llamaron primero la atención de un círculo universitario ajeno al Canto Nuevo aún en boga, y más tarde también al sello EMI, entonces adalid del nuevo movimiento pop en desarrollo, pero según parámetros de promoción por completo diferentes a los que pretendía el trío. Según el libro La era ochentera, de los periodistas Óscar Contardo y Macarena García, «Cabezas pensó que se estaban burlando de él cuando le dijeron que la EMI estaba interesada».
Pero el asunto era en serio y el grupo debutó en el mercado con el cassette Viva Chile (1986), grabado y editado con relativa rapidez. Una combinación de ruidos electrónicos sin aparente guía melódica y el reemplazo casi total de las voces en vivo por grabaciones recolectadas por Medina en televisión y radios AM (con personajes como La Brujita Caramelo, Yolanda Sultana o el predicador estadounidense Jimmy Swaggart) servían de base para el novedoso registro. Según Cabezas, «teníamos la conciencia de que en lo que uno escucha inconscientemente en la micro, en la calle, hay muchas claves de lo que somos, de cómo somos, de cómo hacemos las cosas, de lo que esperamos. Las cosas que estaban mimetizadas en el paisaje sonoro las tomábamos, las cambiamos de contexto, ofrecíamos otra lectura».
Buena síntesis del estilo era "Yo la quería", una canción inspirada en el filme El chacal de Nahueltoro, y en donde Cabezas imitaba el testimonio del culpable de un crimen pasional. El tema dio pie para uno de los primeros y mejores videoclips grabados en Chile, filmado por Pepe Maldonado.
Su innovador trabajo le regaló al grupo un nada despreciable séquito de admiradores, ansiosos por asistir a cada una de sus presentaciones en vivo. Sus conciertos se concebían como conceptos globales de sonido, escenografía y luces, a los cuales se les titulaba con nombres como "Electrodomésticos en general", "Los misterios de la fe" o "Aires de Albuquerque". «Nosotros mismos martillábamos los clavos del montaje. Éramos muy obsesivos», recuerdan. La promoción de Viva Chile llevó al grupo hasta Buenos Aires, donde se presentaron en el Teatro Santa María junto a Los Twist y La Torre, e, inexplicablemente, en un programa televisivo de variedades que no hizo más que confirmar su habilidad para encontrar brillo en la cultura de la basura. Al año siguiente, el grupo repetiría la experiencia, gracias al interés trasandino por una propuesta valorada en su cabal novedad.
Algo cercano a un hit
Su segunda publicación, Carreras de éxitos (1987) reforzó la presencia de Cabezas como cantante, tanto así como para colarse a radios en la forma de "El frío misterio", lo más cercano que el grupo tendría nunca a un hit. El lanzamiento del álbum con carátula escrita en ruso se realizó en el Teatro Providencia, en el primer concierto local amplificado en estéreo. Para entonces, el trompetista Michel Durot ya era parte estable del grupo. El Garage de Matucana y algunas facultades universitarias fueron los pocos escenarios de Electrodomésticos durante los dos años siguientes. En la memoria colectiva quedó de modo especial el concierto ofrecido en noviembre de 1989 en el Garage de Matucana bajo el título "Alegarikouz", y en medio de un apagón eléctrico general salvado por un excepcional generador.
Cuando ya se anunciaba un tercer disco y Sebastián Levine (ex Pinochet Boys) se había incorporado como baterista, Medina anunció su retiro, dando por finalizado el trayecto profesional del conjunto. A fines de 1991, Cabezas y Paredes volvieron a tocar juntos en tres recitales, junto a invitados como José Miguel Miranda, Cuti Aste y Sebastián Piga (UPA!). Electrodomésticos ofreció un último concierto el 18 de enero de 1992 ante un anfiteatro del Museo de Bellas Artes repleto, más cientos de personas que no pudieron ingresar.
Silvio Paredes se alejó por dos años de la música, vivió un tiempo en Inglaterra y esbozó un nuevo proyecto con Michel Durot llamado Pingüinos. En 1994 se reunió con Medina para dar vida a Los Mismos, la más activa agrupación electrónica de Chile. Tras colaborar a principios de la década con el segundo disco solista de Jorge González, Carlos Cabezas se convirtió en un solicitado productor y presentó, en 1997, su primer álbum solista.
La reunión
Cabezas y Paredes volvieron a trabajar juntos hacia el año 2001, aunque se trató más bien de una colaboración entre el cantante y la formación de entonces de Los Mismos (además de Paredes, Gabriel Vigliensoni y Cuti Aste). Si se presentaban en vivo lo hacían bajo nombres absurdos, como Cabezas Sound Weapon. «Nadie nos pescaba nuestro seudónimo», recordarían luego. Obvio: para todo Chile ellos eran los Electrodomésticos.
Una presentación con la Orquesta Sinfónica de Chile Teatro Novedades, agosto del 2002 los decidió a superar los pudores. «Toda esta teoría acerca del regreso del dinosaurio, nos incomodaba. Lo más importante fue que empezó a aparecer material nuevo. Y con material nuevo, ya: nos llamamos Electrodomésticos. Si no, no». A la formación se había unido para entonces la baterista Edita Rojas (Mamma Soul, Yndigo).
Tras un set de aplaudidas presentaciones, el grupo se encerro en estudio y emergió a principios del 2004 con La nueva canción chilena. Los años y los nuevos integrantes obligaron a una reformulación casi completa del sonido con el que se les recordaba. Más cerca de la canción, los diez títulos se acomodan bajo una masa eléctrica que iba adaptándose a géneros inesperados (del rock más furioso al cuasi bolero “Has sabido sufrir”) y a una transmisión sentimental siempre intensa, reforzada por los versos de a veces torcido romanticismo compuestos por Cabezas (un hombre que a esas alturas había adquirido categoría de ídolo alternativo, con fans dispuestas a literalmente besar sus pies durante los conciertos). El disco incluyó regrabaciones para dos estupendas canciones que Cabezas había incluido antes en su banda sonora para El chacotero sentimental, “Maldita” y “Un pez”.
Electrodomésticos adoptó de entonces en adelante los ritmos de una banda independiente, en la cual todos los integrantes deben repartirse entre varios proyectos profesionales y acomodar un agenda estable de presentaciones en vivo. Hay hitos interesantes, como su presentación en Buenos Aires, en el marco del extenso Festival Quilmes Rock (octubre, 2004). La exigencia terminó siendo excesiva para Gabriel Vigliensoni y Silvio Paredes, quienes en diferentes momentos del 2005 anunciaron su retiro del grupo para dedicarse a Los Mismos y otros encargos. La última presentación del conjunto con esa formación se realizó en septiembre de ese año.
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